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¿Un campesino a la presidencia de Francia?
César Jerez / Miércoles 28 de marzo de 2007
 

Sí, se llama José Bové, sus padres fueron agrónomos, estudió un poco de filosofía y después se dedicó al activismo antimilitarista y antinuclear. Se escuchó de él por primera vez cuando ocupó una finca donde los militares franceses hacían sus prácticas de tiro al blanco.

Con la llegada de la moda social de la antiglobalización se dedicó a atacar al liberalismo económico y la comida basura. Le gustan las acciones de hecho, a tal punto que ha destruido sedes de McDonalds y campos de cultivos transgénicos.

Recientemente un tribunal francés aplazó el juicio que se tendría que celebrar hoy 28 de marzo en su contra, por ser candidato a la presidencia del gobierno francés. Bové y otras 38 personas iban a ser juzgadas por haber destruido un campo en el que se cultivaba una cosecha genéticamente modificada de maíz, cerca de la ciudad de Saint-Hilaire, al sur de Francia, en julio de 2006.

José Bové había anunciado en febrero su candidatura a las elecciones presidenciales francesas, que tendrán lugar el 22 de abril y el 6 de mayo de 2007 (segunda vuelta), autoproclamándose como “la alternativa a todos los decepcionados por la izquierda”.

Y es que la izquierda francesa, como gran parte de la izquierda parlamentaria en el mundo, está en crisis. Bové ha calificado de “autista” al proyecto del Partido Socialista de Segolene Royal, por negarse a “romper con la lógica liberal” y frente a eso propuso “una nueva izquierda”.

En su programa, la prioridad es una reducción masiva del paro con el desarrollo de actividades creadoras de empleo, la restricción legal de los despidos y una fiscalidad “fuertemente progresiva” para las personas con altos ingresos. “Queremos establecer un nuevo modelo de desarrollo” y atacar “la omnipotencia de las multinacionales”, afirmó. Ha pedido que la energía nuclear y el recurso a los trasgénicos sean sometidos a “un debate democrático”.

Desafortunadamente nuestro candidato campesino tiene poco chance. De acuerdo con los últimos sondeos, las intenciones de voto de Bové rondan el 2-3%. La izquierda desunida ya había dispersado el voto en las elecciones del 2002: en aquella ocasión pasaron a la segunda vuelta el actual presidente, el conservador Jacques Chirac, y el líder de la extrema derecha, Jean-Marie Le Pen.

En esta ocasión participan 12 candidatos, de los cuales seis son de izquierdas. Entre todos apenas llegan al 40% de las intenciones de voto. Las derechas suman ligeramente más del 60%

Esta es la relación de los candidatos, por orden alfabético, para no ofender a nadie: Olivier Besancenot (Ligue Communiste Révolutionnaire), Marie-George Buffet (Partido Comunista Francés), Gérard Schivardi (Parti des Travailleurs), François Bayrou (UDF – centro derecha), José Bové (antiglobalización), Dominique Voynet (Verdes), Philippe de Villiers (Mouvement pour la France), Ségolene Royal (PS - socialdemócratas), Frédéric Nihous (Caza, pesca y tradición), Jean-Marie Le Pen (Front Nacional - neofascistas), Arlette Laguiller (Lutte Ouvrire - izquierda) y Nicolás Sarkozy (UMP – derecha, sucesor de Chirac).

Todo parece indicar que los franceses, mayoritariamente de derecha, votarán en su mayoría por Sarkozy, con un 30% en las encuestas. No está claro con quien se enfrente en la segunda vuelta. La pelea está entre Royal y el centro derechista Bayrou. A Bové y al resto de la izquierda le tocará esperar, hasta que nos pongamos de acuerdo. Mientras tanto, ¡que gobierne la derecha!