Colombia también tiene fiebre de oro
Las minas de Zaragoza han disparado la oferta. El Valle exporta cinco toneladas del metal. Un refugio a la crisis.
/ Domingo 29 de noviembre de 2009
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“Aquí hay gente que ha llegado de otra parte, monta un escritorio y una pesa y se pone a comprar oro; se pueden comprar hasta dos kilos en el día, un gramo vale $74.000 pero ellos lo compran por $52.000, se ganan más de $20.000 por gramo... Imagínese, en un kilo se pueden ganar casi $20 millones en un día”.
Un brillante negocio según las cuentas que hace Ramiro, un negociante del metal precioso que intermedia en las compraventas del centro de Cali, donde hay un comercio callejero de oro, al que se le han sumado nuevos negociantes de dos años para acá con la fiebre minera de Dagua y Zaragoza, en Buenaventura.
Pero la verdad es que algunos de esos negociantes se han ido con su pesa y su dinero a Zaragoza a negociar directamente el oro de aluvión que los barequeros recogen en sus bateas. A los mineros les toca vender barato porque transportarse a Cali les sale más caro y como viven al día no pueden perder tiempo, tienen que trabajar. Los intermediarios les pagan en efectivo, pero barato, y en Cali lo venden a precio oficial.
Cien mineros vendiendo diez gramos de oro cada uno a un mismo intermediario generan la millonaria ganancia de que habla Ramiro. Y, a su vez, los grandes exportadores del metal han terminado acumulando los cientos, miles de kilos que les llegan a través de los intermediarios para jugar con el precio internacional del oro que ha subido un 50% de un año a otro y multiplicar sus ganancias.
Toda la zona del Pacífico colombiano está llena de oro y los nativos siguen haciendo su explotación de manera artesanal, porque no ha habido inversión nacional o extranjera importante en este renglón que dimensione la minería. Pese a ello, los volúmenes siguen creciendo.
Según la DIAN, el año pasado, las dos principales exportadores de oro caleñas: CI Fundiciones Ramírez y CI Giraldo, hicieron 165 declaraciones de exportación por valor de US$150 millones, convirtiendo a la región en la segunda mayor exportadora del metal desde Colombia.
El primero es Antioquia, que vende el 80% de la producción nacional de oro. La razón principal es que el Banco de la República tiene el laboratorio de oro nacional en Medellín, donde se analiza, se funde y se certifica el oro para exportación que termina en los mercados de Londres, Suiza, Italia y Estados Unidos, los principales compradores.
Analistas piensan que el Banco debería tener otro laboratorio en Cali, dada su cercanía con el Pacífico, para adquirir el oro que sustraen de Guapi hasta el Chocó.
El oro hoy tiene mucho auge porque el precio internacional se ha disparado por la crisis mundial, ya que es un muy buen activo para refugiar los capitales, porque aparte de que se valoriza, representa un mínimo riesgo.
Pero, aunque el oro ha despertado una fiebre inusitada en medio de la crisis económica, porque muchos capitales se están refugiando en él, ya que es un activo seguro y que siempre se valoriza, las exportaciones desde el Valle de enero a septiembre han bajado en un 23%, según cifras del banco Emisor.
Julio Escobar Potes, analista del banco, piensa que no es que el mercado haya bajado, sino que es posible que algunos inversionistas estén comprando mucho oro y acumulándolo a la espera de que el precio internacional siga subiendo como lo prevén analistas del mercado, para venderlo después más caro.
Marcos Montoya, avaluador de CI Fundiciones Ramírez, dice que mucha gente que tenía alguna reserva en oro ha paliado la crisis vendiendo sus joyas a buen precio, pero igualmente los comercializadores han visto una oportunidad en la misma coyuntura para hacerse a mejores ganancias.
Lo cierto es que en cuanto a joyería, el mercado local del oro no es el mismo de hace unos años, cuando el auge de la economía llevaba frecuentes compradores que se gastaban 10 y 20 millones en pulseras y gargantillas de oro con esmeraldas y diamantes.
Hoy, el promedio de una venta de joyas no supera el millón de pesos, advierte Martha Isabel Espinoza, de Platería Ramírez. Y cuando hay una venta de 15 ó 20 millones de pesos, regularmente es de extranjeros que llegan al país y quieren llevar oro, o de colombianos residentes en el exterior que vienen con plata, compran una joya, la usan un tiempo y la revenden a su regreso en el país de donde vienen.
Cerca de cinco toneladas de oro exportó el Valle del Cauca el año pasado, la mayoría por parte de dos firmas dominantes en el mercado regional.
Los compradores dicen que hoy hay más oro porque está saliendo mucha mina en Nariño, Cauca y Valle, en poblaciones como Samaniego, Iscuandé, Suárez y Ginebra.
Extranjeros que llegan a la ciudad a hacerse cirugías plásticas adquieren paquetes turísticos que incluyen paseos por joyerías donde compran piezas de oro con diamantes y esmeraldas.
Pese a la crisis, la gente sigue comprando oro en ocasiones especiales: argollas para matrimonios, anillos de compromiso, cadenitas para el bebé recién nacido, pulseras y gargantillas para quinceañeras.
# Donde hay carbón hay oro, donde hay oro hay esmeraldas y donde hay esmeraldas hay diamantes. Esa es una cadena mineral porque el diamante y la esmeralda son carbones puros; cada elemento está en su etapa de desarrollo.
Cifras
# 127 millones de dólares se habían exportado de enero a septiembre del 2008
# 97 millones se exportaron en el mismo periodo del 2009.
# 23% es la reducción de las exportaciones regionales en el periodo comparado.
# 2 millones de dólares son las ventas al exterior en oro del Chocó, mayor productor.
# 16 millones de dólares se han vendido en desperdicios de oro.
# 50% ha subido el precio internacional del oro en el último año.
De un año a otro, el oro pasó de costar US$802,56 a US$1.192,60 la onza, un repunte en la cotización que ni el observador más optimista se esperaba en tan poco tiempo.
Las millonarias compras del metal precioso por parte de países asiáticos como India y Sri Lanka contribuyeron a la disparada inusitada del precio.
Las reservas internacional de los países que cada año crecen entre un 2% y 3% se incrementaron entre un 40% y 50% para su componente en oro.
Colombia es uno de los cinco o seis países del mundo reconocidos para certificar oro en el mercado internacional, gracias a su laboratorio de Medellín.
La avidez por reservas “seguras” de los bancos centrales, la caída del dólar y políticas monetarias laxas se conjugan para disparar el precio del oro, que flirteó esta semana con los US$1.200 la onza, un récord que sería sólo otro paso en su imparable carrera.
El jueves la onza de oro llegó a cotizarse a US$1.195,13 en el mercado londinense de metales preciosos, el London Bullion Market, batiendo sus récords de la víspera, cuando había sobrepasado sucesivamente los US$1.180 y 1.190. Al cierre (fixing), la onza se estableció en US$1.182,75, contra US$1.179,75 el miércoles.
El valor del oro ganó 50% en un año y 14% sólo en el mes de noviembre. La principal razón de esta disparada sería el renovado interés de los bancos centrales.
El miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya había vendido parte de sus reservas de oro a India y la República de Mauricio (archipiélago del océano Índico) en el marco de un programa tendiente a reducir sus activos en ese metal precioso, anunció la venta de 10 toneladas a Sri Lanka por US$375 millones.
En cuanto a India, su banco central había comprado la mitad de las 400 toneladas que el FMI puso a la venta por un monto de US$6.700 millones.
“Las compras de oro por parte de estados revierten una tendencia de 20 años en los que fueron vendedores”, indicó el analista Marius Paun, de ODL Securities.
El alza del metal precioso está alimentada también por la debilidad del dólar, que vuelve menos caro al oro para aquellos inversores que disponen de otras divisas, e incita a los ahorristas a abandonar el billete verde en provecho de este activo juzgado más seguro.
Según el World Gold Council, un organismo especializado, la producción de oro debería aumentar un 3,7% en el 2009, aunque sólo bastará para satisfacer dos tercios de la demanda. Los bancos centrales han revertido la tendencia y pasaron de vender a comprar oro.