Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Amenaza de muerte a las madres colombianas
Acoso anónimo a las que denuncian la desaparición de sus hijos. En la región de Meta hay una fosa que podría contener 2.000 cadáveres. Los casos de enterramientos clandestinos afloran día a día. El ejército dio una fiesta para 46 militares que fueron investigados
Antonio Albiñana / Miércoles 27 de enero de 2010
 

Las Madres de Soacha y el propio defensor del pueblo de esa localidad periférica de Bogotá, que se han coordinado para poner en evidencia los crímenes del ejército colombiano conocidos como "falsos positivos", denunciaron ayer una campaña de terror contra las que buscan a sus hijos desaparecidos.

Muchas sufren amenazas de muerte a través de llamadas telefónicas y panfletos introducidos en los buzones sus domicilios, exigiéndoles que abandonen su reclamación de que se aclaren las muertes de sus hijos.

Unos 30 jóvenes en paro (desempleados, nota de APR) de la localidad de Soacha fueron engañados por intermediarios del ejército para trabajar en fincas de la remota región de Santander. Sus cuerpos fueron enterrados en fosas comunes después de ser mostrados por los militares como guerrilleros "muertos en combate", con la esperanza de que la lejanía de su localidad de origen y su rápido enterramiento como "NN" (No Nominados, es decir, no identificados) dejaría el crimen impune.

A través de ciertos indicios y por sus propios medios, algunos familiares se desplazaron hasta la región de Santander y lograron identificar a sus seres queridos en una fosa común.

El hallazgo de esa fosa y, sobre todo, la que está descubriéndose en La Macarena (región de Meta), donde se calcula que podría haber hasta 2.000 "NN", ha reavivado en Colombia el escándalo por la desaparición de víctimas del conflicto, la mayor parte asesinadas por el ejército y los paramilitares, enterradas en centenares de fosas clandestinas diseminados por todo el país, como ha reconocido el propio General Óscar Naranjo, jefe de la Policía y una de las figuras aperturistas del Gobierno de Álvaro Uribe.

Práctica "sistemática"

Organizaciones de derechos humanos colombianas e internacionales y el relator de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston, han denunciado el fenómeno. Alston señaló en su informe que "el problema de los falsos positivos asesinatos de civiles para fingir que se abaten guerrilleros es una práctica sistemática en el ejército".

Los casos de enterramientos clandestinos afloran día a día. Iván Cepeda, portavoz de las Víctimas de Crímenes de Estado, ha denunciado la existencia de los restos de por lo menos 1.500 personas en distintas fosas de municipios como Puerto Santander y Ocaña, víctimas de 42 masacres perpetradas hasta 2004 por paramilitares apoyados por el ejército.

Mientras, los 46 militares presuntos culpables de los asesinatos, que descansan en sus guarniciones, tras ser puestos en libertad sin juicio debido a que prescribió el plazo para mantenerlos detenidos sin juzgarlos, fueron objeto durante el fin de semana de un homenaje "cívico-militar" que incluyó "orientación psicológica, payasos y almuerzo con lechona", informó ayer el diario El Tiempo. La fiesta fue preparada por el Departamento de Derechos Humanos de las Fuerzas Armadas.