Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño
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Las Pascuas en el Nordeste Antioqueño
"Hoy van todos muy contentos a tomar el sol. Celebran la Resurrección del Señor, puesto que ellos, a su vez, han resucitado también, y de las ahogadas estancias de las bajas viviendas, de las trabas de profesiones y negocios, de la opresión de las paredes y techos de la aplastadora estrechez de las calles, de la respetable oscuridad de los templos, todos ellos son atraídos a la luz" (Fausto-Goethe)
María Inés Alman Bornes / Miércoles 21 de abril de 2010
 

Llegar a Puerto Berrío fue el inicio de una semana santa con todo lo que ello implica. Y comenzar a escribir estas líneas, me llevó a preguntarme una vez mas qué significa la pascua, la resurrección. Después de varias imágenes, recuerdos y lecturas lo pasé por la piel, por el cuerpo, como memoria donde se inscribe la historia.

De todas las vivencias e interpretaciones de la pascua (judío, cristiana, “pagana”) encuentro una conexión profunda, mas allá de cada espiritualidad; es que en todas implica un pasaje, una transformación, un renacimiento.

Este proceso, bastante parecido a la metamorfosis, necesita de consciencia y decisión, ya que también, las pascuas pueden pasar como unas mini-vacaciones para el turismo.

Fue así que emprender viaje al Nordeste Antioqueño implicó vivir y sentir un pasaje del desconocimiento al conocimiento, en otras palabras, un pasaje para visibilizar los rostros, escuchar las voces.

Las campesinas y campesinos de CAHUCOPANA (Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño) compartieron su casa, dejaron las ventanas y los corazones abiertos para que los y las conociéramos. Su historia está llena de vida y resistencia, de dolor por las pérdidas y de esperanza por un cambio posible que les permita trabajar la tierra en paz, a alzar las voces con sus cantos sin temor a ser desaparecidos/as.

Ellas y Ellos viven en una tierra riquísima, donde crece la yuca, el frijol, la guayaba y donde también hay oro. Desde hace muchos años las campesinas y campesinos han trabajado la tierra y la minería artesanal de una forma responsable y para la subsistencia. Hoy en día los medios oficiales de comunicación muestran una realidad que solo le conviene al Estado y los grandes grupos económicos representados en él, para desplazar, asesinar y así explotar la tierra y sus pobladores.

A partir de esta triste realidad, las campesinas y campesinos reunidos en CAHUCOPANA, comienzan a resistir y denunciar las atrocidades de los diferentes grupos armados. Ellas y ellos sostienen su permanencia no violenta en el territorio afirmando una y otra vez que es allí a donde pertenecen y en donde quieren estar.

Como “extranjera” pero habitante del mundo, viajar a Puerto Berrío y de allí a Santa Marta y sus veredas, fue pasar de la oscuridad, del no conocer, a la luz que para mi (y disculpen mi libre interpretación) significa compartir el pan, ver los rostros. Conocer la Colombia profunda es meterse tierra adentro en la historia y memorias del pueblo.

Pero esto no termina aquí: la transformación, los pasajes, son un continuo proceso de respeto (volver a ver), amor y compromiso.