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Bicentenario de los pueblos del nororiente: 200 años de organización, lucha y resistencia
Bolívar y su horizonte histórico de transformación social
“El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz y se nos quiere Volver a las tinieblas, se han roto las cadenas; ya hemos sido Libres y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos. Por lo tanto la América combate con despecho, y rara vez La desesperación no ha arrastrado tras de si la victoria.”: Simón Bolívar
Henry Leonel Gómez / Viernes 18 de junio de 2010
 

Hay en Bolívar – parafraseando a Martí- no un hombre, sino los hombres todos, el “espíritu de una época” ,no porque consideremos que la historia la hacen los próceres o los héroes únicamente, de manera mesiánica, sino porque Simón Bolívar fue con sus limitaciones epistémicas, políticas y culturales un intérprete (hermeneuta) de la situación histórico-concreta en la que se desenvolvía, y al comprenderla, se insertó críticamente en ella para transformarla, para trascender los desafíos que las condiciones espacio- temporales le planteaban, desafíos que se sintetizan en dos palabras : emancipación y dignidad de los sujetos.

“Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero, pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tiene que consultar a nadie más que a si mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese es el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela cuando parecía que se cansaba”1

Desde esta perspectiva nos encontramos con un Simón Bolívar que representa, encarna y convierte en historia, eso que Paulo Freire llamaría “inédito viable”. Era hijo de su tiempo, de las posibilidades concretas que las relaciones sociales, el mundo de valores, y las múltiples cosmovisiones políticas y culturales del pueblo que componía este territorio llamado “Nueva Granada” y ese inédito viable no podía ser otro proyecto que el de la independencia política y económica de España. Al respecto Bolívar plantea la dificultad de constituir un nuevo bloque histórico que subvierta los principios establecidos, y si se quiere se realice esa reforma moral de la que hablaba Gramcsi:

“la destrucción de un gobierno, cuyo origen se pierde en la obscuridad de los tiempos, la subversión de los principios establecidos; la mutación de las costumbres, el trastorno de la opinión, y el establecimiento en fin de la libertad de un país de esclavos, es una obra, tan imposible de ejecutar súbitamente, que esta fuera del alcance de todo poder humano, por manera que nuestra excusa de no haber obtenido lo que hemos deseado es inherente a la causa que seguimos, porque así como la justicia justifica la audacia de haberla emprendido, la imposibilidad de su adquisición califica la insuficiencia de los medios. Es laudable, es noble y sublime, vindicar la naturaleza ultrajada por la tiranía, nada es comparable a la grandeza de ese acto (…) porque no es lo asequible lo que se debe hacer , sino lo que el derecho nos autoriza”2

Aquí Simón Bolívar plantea, con lucidez, la imposibilidad histórico-concreta para realizar esa profunda reforma moral y cultural, en el pueblo granadino, pero al mismo tiempo, dibuja un horizonte histórico en donde se trasciende lo que el llama asequible (lo dado) por medio de modificar las voluntades sociales atraves de la lucha política, y en el caso de Bolívar de la lucha insurreccional por la independencia. Aunque lo establecido, en un mundo dado evidencia que las voluntades sociales de los oprimidos no desean superar las circunstancias de opresión, por cuanto aceptan el status quo como la “realidad inamovible” no permite crear escenarios para SER MAS, como seres humanos inacabados. En palabras de Bolívar diríamos:

“El ejercito libertador exterminó las bandas enemigas, pero no ha podido ni debido exterminar unos pueblos por cuya dicha ha lidiado en centenares de combates, no es justo destruir los hombres que no quieren ser libres, ni es libertad la que goza bajo el imperio de las armas contra la opinión de seres fanáticos cuya depravación espiritual les hace amar las cadenas como vínculos sociales (…) Vuestros hermanos y no los españoles han desgarrado vuestro seno, derramado nuestra sangre, incendiado vuestros hogares y os han condenado a la expatriación. Vuestros clamores deben dirigirse contra esos ciegos que pretenden ligaros a esas cadenas que ellos mismo arrastran” 3

Estas palabras se reactualizan hoy cuando el pueblo colombiano, o mejor, una franja considerable de este se encuentra “a gusto” con la situación de opresión objetiva y subjetiva, económica y social en la que encuantra sumergido, además nos encontramos frente a una “aceptación” que legitima el régimen político que padecemosen la actualidad. No obstante esta situación de domesticación es producto y viene acompañada de la persecución, de la desaparición, de la estigmatización de la oposición y de la izquierda democrática, así como de los movimientos populares. Sumado a estos elementos evidenciamos la focalización de un asistencialismo aberrante que subjetiva a la población para que considere que los programas de acción social como un “favor” que pude ser quitado si no se comportan como “buenos ciudadanos”. Todo esto articulado a la gran fuerza de control social que sobre las subjetividades ejercen los medios de comunicación.4

En ultimas lo que plantea Bolívar es la necesidad de la unidad popular , de una efectiva unión patriótica si se quiere, en donde comprendamos que somos los oprimidos quienes hacemos la historia, y por lo tanto quienes decidimos o elegimos- en el sentido sartreano de la palabra- adecuarnos y aceptar pasivamente estas circunstancias histórico políticas, o nos unimos en un bloque histórico nuevo para su transformación.

Al decir de Bolívar – y como lo plantea Gramsci- esa fuerza moral, esa lucha política acompañada de una lucha ideológica es la que permite transformar con ellos la conciencia y la acción de los sujetos oprimidos , para que por medio de esa praxis liberadora, se modifiquen las relaciones sociales. Ni activismo vacio de reflexión y conciencia transitivada (o transformadora), ni reflexión carente de acción política, se trata es de un dialogo entre teoría y práctica, con el objetivo político y existencial de emanciparse continuamente como sujetos. De manera esperanzadora Bolívar lo señala:

“de este modo la masa física se equilibra con la FUERZA MORAL, y la contienda se prolonga siendo sus resultados muy inciertos por fortuna entre nosotros las masa ha seguido la inteligencia”5

Esa fuerza moral es la que dignifica al sujeto y lo arroja a la libertad, a elegir la liberación en tanto que proyecto que lo restituye como ser humano, pues le permite ser mas. Él y la indígena , él y la afrocolombiana, los y las campesinas, los trabajadores y el pueblo en general solo puede ser en plenitud, si supera las limitaciones y enajenaciones de su situación existencial e histórica, si elige la libertad , se organiza y lucha por ella.

Esa es la invitación y la actualidad de Bolívar, la necesidad de elegir ser libres y la libertad diremos con Martí:

“(…) es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía (…) un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer leyes injustas y permite que pisen el país en que nació, los hombre que se lo maltratan no es un hombre honrado (…) hay hombres que son peores que las bestias porque las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas (…) la llama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser tan decoroso como el elefante y la llama. En América se vivía antes de la libertad como la llama que tiene mucha carga encima era necesario quitarse la carga o morir”6

Hoy, a doscientos años de una primera independencia inconclusa, es más necesario que nunca que nos reencontremos como pueblo honesto, que camina su palabra y pensamiento, que direcciona su acción para quitarse la carga de la dependencia económica, cultural y política, que en su especificidad como latinoamericanos, como hijos de más de quinientos años de lucha, reinterpreta y recoge para su caminar de lucha los horizontes morenos, mestizos , indios, afros que comenzaron con Biojó, José Antonio Galán, Túpac Amaru y Simón Bolívar, y que hoy son reactualizados por quienes no nos resignamos a morir sin quitarnos esa carga de la enajenación de encima.

1. MARTI, José (1993)

2. Bolívar (1979) manifiesto de Carupano.

3. Ibid

4. En estas sintéticas palabras Bolívar deja señalada, la enajenación de un pueblo: “por el engaño nos han dominado más que por la fuerza, por el vicio se nos ah degradado mas bien que por la superstición. la esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción. La ambición abusa de la credulidad y de la inexperiencia de quienes son ajenos a todo conocimiento político.” BOLIVAR (1973) discurso de angostura.

5. BOLIVAR (1973) Carta de Jamaica.

6. MARTI (1993) ibídem