Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Acción urgente
Horror en la estación de policía de Saravena
A pesar de los diferentes tratados y convenios internacionales, ratificados y firmados por el estado colombiano, donde se prohíbe la tortura en todas sus formas, en la estación de policía de Saravena se convierte en una práctica cotidiana.
Fundación de Derechos Humanos "Joel Sierra" / Viernes 11 de mayo de 2007
 

La Fundación de Derechos Humanos “Joel Sierra” denuncia ante la opinión pública nacional e internacional, a través de la red de organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos del orden nacional e internacional, los siguientes hechos:

1. El día 9 de mayo de 2007, fueron retenidos ilegal y arbitrariamente, desaparecidos de manera forzada y torturados física y psicológicamente por miembros de la Policía Nacional, los jóvenes Saúl Gualdrón Sierra, Alexi Raúl Sierra Jáuregui, su hermana Sandra Yamile Sierra Jáuregui y su pequeña hija Camila Alexandra Sierra, de tan solo cinco años de edad.

2. Los tres jóvenes fueron detenidos en momentos que salían de cenar en el sitio conocido con el nombre de “Cevichería el Viejo y el Mar”, a eso de las 7:20 pm, aproximadamente. Fueron trasladados a la Estación de Policía, allí fueron torturados física y psicológicamente por agentes de la Policía vestidos de civil, quienes los golpearon de manera salvaje y los amenazaron con sus armas de dotación. Así relata la joven Sandra Yamile los amargos momentos que vivieron en la Estación de Policía de Saravena: “Estábamos en la Cevichería El Viejo y El Mar, junto con mi hermano, mi hija y un amigo. En ese momento llegaron unos hombres de civil y entre ellos un policía uniformado, se quedaban viéndonos, nosotros terminamos de cenar, mi hermano canceló la cuenta y salimos para irnos a la casa, ahí fue que salieron esos hombres y nos rodearon, enseguida llamaron la camioneta plateada de la policía y nos llevaron a la estación. Estando allá a mi hermano lo entraron a un cuarto y como a los 40 minutos salió todo golpeado la cara y después entraron a Saúl, y también como a los 40 minutos salió todo golpeado. En un descuido de los policías pude preguntarle a mi hermano qué le habían hecho y él me respondió: “Casi me matan. Me metieron la cabeza en una bolsa plástica y casi me ahogan, además me agarraron a golpes”. A mí me insultaron y me decían que les colaborara. Como yo no quise decir nada me dijeron que de todas maneras iban a averiguar y que se las íbamos a pagar, me insultaron y dijeron que consiguiéramos un abogado porque nos iban a empapelar. Mi hermano Alexi pasó la noche esposado a una ventana y a mí me dejaron en una piecita junto con mi hija Camila de cinco años. Hoy en la mañana, a eso de las 6:20 aproximadamente, vi cuando entraron unos hombres de civil y sacaron a mi hermano y a Saúl. Iban bastante golpeados en la cara, y los entraron en una camioneta de platón y un carro encerrado y luego entró un hombre de civil, me fotografió y anotó mis datos personales en una libreta y se fue en los carros donde llevaban a Alexi y Saúl. A mi y a mi hija nos dejaron libres como a los 20 minutos después”.

3. Al esta Fundación poner en conocimiento de la Defensoría Regional del Pueblo esta situación, y la misma comunicarse con la Estación de Policía, le fue informado que ahí no se encontraban los muchachos y que no habían estado detenidos esa noche, es decir, que fueron víctimas de desaparición forzada.

4. Ante esta situación se interpuso una Acción de Búsqueda Urgente, y a eso de las 3:00 pm aproximadamente obtuvimos razón a través de la Defensoría del Pueblo de que los dos jóvenes habían sido trasladados y se encontraban en la Estación de Policía en Arauca Capital. La forma como fueron trasladados por tierra, y negándole a sus familiares y a los mismos órganos de control la presencia de estos jóvenes y su situación, los hizo pensar a ellos y a esta Fundación que la intención era asesinarlos, de la manera que lo han hecho en el pasado. En Arauca, capital, los mantuvieron sin consumir alimentos ni líquidos hasta las cuatro de la tarde, hora en que se les permitió que fueran suministrados. Al día siguiente 11 de mayo, fueron dejados en libertad a las 6:00 am.

5. Una vez más queda al descubierto la grave situación de vulneración a los derechos humanos por parte de la Fuerza Pública, en este caso de la Policía Nacional, en una macabra estrategia del estado tendiente a sembrar el terror y la desesperación en la región. La estigmatización que se tiene a la comunidad araucana, ha hecho que cualquier ciudadano pueda ser objeto de estas aberraciones y que además se le elaboren montajes tendientes a su judicialización para esconder la realidad y las verdaderas intenciones del régimen; en este caso los servidores públicos de la Sijín inventaron supuestos informes de inteligencia que conducían a pensar que los dos jóvenes atentarían contra los concejales y otros políticos del municipio de Saravena, con lo cual las condiciones de seguridad de estos dos jóvenes campesinos del Sarare son aún mas graves, por cuanto el mayor de la Sijín los amenazó haciéndolos responsables de lo que les pudiera pasar a los concejales y demás políticos de ese municipio.

6. Exigimos a la Fiscalía General de la Nación, que a través de su Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, asuma de inmediato la investigación penal por los punibles de desaparición forzada, torturas y amenazas en personas protegidas. A la Dirección Nacional de la Policía remover a los servidores públicos responsables de estos crímenes, para evitar que las instalaciones de la policía sigan siendo unos centros de concentración neonazi donde se tortura y humilla a los ciudadanos.

7. Convocamos nuevamente a la solidaridad nacional e internacional con el oriente colombiano, su pueblo, organizaciones sociales y dirigentes, a través de la denuncia, acompañamiento, monitoreo y exigencia por el respeto de los derechos humanos, la verdad, justicia y reparación integral.

Por la defensa de la vida, los derechos humanos y la permanencia en el territorio.

Nuestra acción social es legal y legítima.