Cien Manuelas con arte y palabra se expresaron en el Parque Nacional de Bogotá
El arte también se expresó en contra la violencia de género el 25 de noviembre de 2010, en el Parque Nacional, uno de los parques más emblemáticos de la Ciudad Capital de Colombia,
/ Lunes 29 de noviembre de 2010
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Estudiante sociología 1997-1999 Universidad Nacional de Colombia.
Socióloga U. de Valencia, España. Master investigación: Sociología
Latinoamericana. U. Sorbonne Nouvelle. Paris, Francia.
Una mujer recogiendo agua, Manuela Sáenz en sus búsquedas y luchas por la libertad, Simón Bolívar en una hamaca blanca, unos cantos sublimes, suaves y fuertes canciones que hacían estremecer la piel, los caminos de la vida cruzados, entretejiendo ideas y luchas cotidianas.
Así y más era la Performance de las Cien Manuelas que con vestidos estampados de la figura de Manuela Sáenz, se apropiaron del Parque Nacional. De esta manera, el grupo de mujeres expresó de forma artística y simbólica su rechazo a la violencia; la denuncia contra las consecuencias atroces de la guerra, además de, una búsqueda por construir día a día la paz con proyectos que defienden la vida y los derechos humanos en Colombia.
Fueron cincuenta reconocidas artistas, cantantes, músicas y bailarinas que compartían el escenario con otras cincuenta mujeres víctimas de la guerra en Colombia, pero que también se les conoce por su fuerza y su implicación en la defensa de los derechos básicos de la población.
La Performance llamada: “Cien Manuelas en el Parque por la Paz de Colombia”, hace recorridos por la vida de Manuela Sáenz, que nació en Quito- Ecuador en 1797 y murió en Paipa- Perú en el año 1856. También muestra la importancia de Manuelita Sáenz (cómo se le conoce popularmente) en el proceso de independencia de diversos países que actualmente son Colombia, Ecuador y Perú. En algunos momentos de la presentación se amalgamaba con temas que tocan hoy en día la realidad de Colombia donde las mujeres han sido víctimas.
Mensaje de Paz
Al final de la presentación se leyó un mensaje, en el que se expresaba de forma estructural algunos problemas que afectan a las mujeres y se profundizo en el tema de la búsqueda de la paz y la defensa de los derechos humanos. Este mensaje se les entrego en un cofre a las representantes de la asociación Madres de Mayo: Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, también a la representante de la “Asociación Justicia para Nuestras Hijas” de Chihuahua, México, Hortensia Enriquez.
La Asociación Madres de Mayo (línea fundadora), es una organización de mujeres argentinas conocidas por tomar la Plaza de Mayo en Buenos Aires a partir del año 1977 repudiando la desaparición de sus hijas y sus hijos durante la dictadura en Argentina de 1976 a 1983. Luego se ha consolidado como un gran movimiento reconocido internacionalmente en términos de denuncia y memoria histórica.
Nora Cortiñas de las Madres de Mayo, comentó, respecto a sus deseos sobre la paz en Colombia: “Qué se haga la verdadera paz y que realmente el país pueda salir adelante, construyéndose en vez de destruirse. Que se termine la violencia con las mujeres pero también con todos los habitantes, que se termine las desapariciones, las torturas, las muertes y se sensibilicen a esas bestias que torturan y que matan. Deseamos que Colombia avance con la paz y con una democracia que ayude a que todos vivan con dignidad.”
Hortensia Enriquez de la asociación Justicia para Nuestras Hijas, de Chihuahua México dijo: “Me uno a esa paz que andan deseando, que todos deseamos porque también en mi Estado hay mucha violencia, ya no puede salir, uno, por la violencia. Pero, yo digo que tanto que hemos luchado, de algo tiene que servir.”
Patricia Ariza es la directora de la obra y pertenece a la Corporación Colombiana de Teatro, ella se expresó frente a las sensaciones e ideas que le habían hecho consolidar esta obra y los lazos que la hicieron llevar adelante este proyecto, refería: “Estar unida al movimiento social de mujeres, estar vinculada entrañablemente al movimiento teatral y a las mujeres artistas y también tener la gran preocupación de la paz en Colombia. Porque la paz es urgente, necesaria y posible.”
Además, agregó: “La única posibilidad de la paz es negociada, a tiros no se logra la paz, porque es como echarle gasolina a un incendio, entonces la paz es posible y es urgente, pero, ojalá consultarán con nosotras.”
Enfatizo:“Nosotras queremos sentarnos a conversar. A conversar con todo el mundo, a conversar con el ejercito, a conversar con la insurgencia, a conversar con el gobierno, a conversar con la sociedad. Las conversaciones de paz aquí siempre ha sido un asunto de élite masculinas, tanto de parte de la insurgencia, como de parte del gobierno. Yo creo que si entramos las mujeres esto cambia. No sólo por el hecho de ser mujeres, también hay mujeres que son muy guerreristas, pero la gran mayoría consideramos que el amor es la única verdad que sobrevive, como decía Manuelita.”