Agencia Prensa Rural

“We are the perfect hypocrites”
César Jerez / Miércoles 23 de febrero de 2011
 

Fundador y redactor de la Agencia Prensa Rural. Geólogo de la Academia Estatal Azerbaijana de Petróleos (exURSS). En Bakú obtuvo una maestría en geología industrial de petróleo y gas. Es profesor y traductor de idioma ruso. Realizó estudios de gestión y planificacion del desarrollo urbano y regional en la Escuela Superior de Administración Pública -ESAP de Bogotá. Desde 1998 es miembro de la ACVC. Actualmente coordina el equipo nacional dinamizador de Anzorc. Investiga y escribe para diversos medios de comunicación alternativa.

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Fingieron durante ocho años. Recrearon un país irreal. Configuraron un estado mitómano. Todo era mentira. Se sabía, pero la gente educada en sus casas por noticieros virtuales, realitys televisivos y telenovelas no lo creía. Ahora, que paradoja, unos cables diplomáticos del principal socio de la “seguridad democrática” y las versiones ante los jueces de los infieles delincuentes allegados al poder, confirman la realidad de las selvas y las veredas donde a diario ocurren los hechos y la de los corredores del poder, donde cotidianamente se ocultan las verdades.

La mentira mandó. Nada era cierto. Todo era mentira. Ni la victoria militar en la guerra ni la desmovilización de los sicarios y mafiosos del paramilitarismo ni los guerrilleros dados de baja ni la operación jaque ni la entrega del frente insurgente Cacica La Gaitana ni la buena fe de los acuerdos con Chávez. Todo fue resultado de arreglos por dinero al puro estilo mafioso.

Las mentiras oficiales provenientes del Palacio de Nariño, de las brigadas y divisiones militares, de los ministerios e instituciones, aparecían legitimadas al minuto en los mismos grandes medios que callaban la verdad sobre los responsables de las masacres, durante casi una década, sin inmutarse de alguna manera, pese a lo desproporcionado y descabellado de sus propias versiones.

La mentirá comandó. La mentira surgida de las cavernas del poder campeó sobre el Palacio de Justicia, Chengue, El Salado, Mapiripán, Ralito y el Valle del Río Cimitarra. La mentira, que invisibilizó a las víctimas y le dio protagonismo a los victimarios, sirvió también para ponerle la cruz al amenazado desconocido del día o de la semana, en una interminable carrera de la muerte que aun no termina.

“Somos los perfectos hipócritas”: Es el título que le puso el cónsul gringo al cable dirigido a sus jefes, en Noviembre de 2006, donde se transparentan algunas de las mentiras de Uribe sobre las relaciones con Venezuela. Estas palabras del asesor de cabecera del régimen, José Obdulio Gaviria, bien reflejan el perfil político y moral de un gobierno que sin duda pasará a la historia como uno de los periodos más oscuros de la historia reciente de Colombia.