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Carta del juez de Mapiripán al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo
Las masacres de Mapiripán y el circo mediático del Ministerio de Defensa
Leonardo Iván Cortés Novoa / Miércoles 9 de noviembre de 2011
 

Cuando supe la noticia sobre el circo mediático que cínicamente pretenden montar desde el Ministerio de la Defensa colombiana y los militares condenados por gravísima omisión y complicidad en la comisión de estas, inmediatamente supe que por enésima vez tenía que ratificar mi testimonio en calidad de testigo directo sobre estos macabros hechos. No bastaba a los asesinos materiales, intelectuales y a los cómplices necesarios de estas dos masacres el haberme obligado a exiliarme y a perder todo lo que tanto sacrificio me había costado, vale decir: seis años de Academia Jurídica que saqué adelante con base en sacrificios y esfuerzos míos y de mi familia.

En mi último ensayo al que titulé: La Vaca, encontraran ustedes y la opinión pública nacional e internacional, un resumen los casi 14 años de exilio forzoso, la guerra sucia y las persecuciones de carácter político y jurídico que he tenido que afrontar porque No me presté al sucio juego de echarle la culpa a la guerrilla sobre la autoría material de las mencionadas masacres.

En la primera masacre de Mapiripán, intenté hacer mi trabajo de efectuar los levantamientos de los cadaveres que No habían votado al río Guaviare descuartizados o eviserados, pero seis paramilitares frente a mi casa me lo impidieron en tono amenazante.

Todas las noches veía pasar una comitiva fúnebre por la calle del lado de mi casa en Mapiripán: eran los sentenciados a muerte que llevaban los paramilitares de las AUC al matadero municipal, porque estaban en la lista que ordenaba asesinarlos, bajo la sospecha de ser de la Unión Patriótica, el Partido Comunista, Anarquistas, de ser de la guerrilla, o simplemente simpatizantes de esta.

Fueron 26 los asesinados en la primera masacre de Mapiripán que pude constatar, contando los asesinados de la Inspección de Policía de la Cooperativa y los de Mapiripán (casco urbano).

Finalmente también fueron asesinados durante la primera masacre de Mapiripán entre otras las siguientes personas: José Roland Valencia (torturado y decapitado a machete), Sinaí Blanco Santamaría (torturado y abaleado con pistola 9mm), Antonio María Barrera Calle (torturado y eviserado a cuchillo), Gustavo Caicedo Rodriguez, los hermanos Hugo Fernando Martinez Contreras y Diego Armando Martínez Contreras, ambos menores de edad de 15 y 16 años de edad respectivamente (torturados y asesinados a machete y a balazos según denuncia penal de su propia madre, ratificada varias veces bajo la gravedad del juramento), el afrodescendiente conocido bajo el nombre de “Nelson” su mujer y su hija de brazos (ultimados a machetazos), José Alberto Pinzón López, Luis Eduardo Pinzón López, y Enrique Pinzón López (torturados y ultimados a machete y a balazos), los NN que no fueron encontrados e identificados por haber sido eviserados y arrojados al río Guaviare cumplen un total de más de 50 asesinados durante la primera masacre de Mapiripán.

En pasados días se conoció la noticia sobre la repentina aparición de uno de los hermanos Martinez Contreras, quien había sido declarado judicialmente muerto por desaparecimiento, hecho que desencadena un circo mediático por parte de los responsables directos o indirectos de las mencionadas masacres. El Estado Colombiano y/o el Ministerio de la Defensa No pueden argumentar a su
favor, su propia torpeza, es decir de No haber colaborado eficazmente con sus homólogos del poder judicial, la Fiscalía, la misma Policía, etc...y mas bien todo apunta a que la Sra. Contreras fuera infiltrada reconociéndosele falsamente una calidad de víctima a la que No merecía haber sido reconocida. Recordemos el testigo falso en la Masacre de San Carlos de Guaroa del General Uscátegui apodado “La Perla” quien pretendió a punta de mentiras previamente acartilladas, el ser reconocido como testigo clave en favor del mencionado militar.

Durante las segunda masacre de Mapiripán en la Inspección de Policía denominada Puerto Alvira (Caño Jabón), fueron asesinados otros 23 campesinos y comerciantes, que sumados con los de la primera masacre, suman un total de 49 masacrados que son los que públicamente confesó en su momento el célebre y sanguinario Carlos Castaño Gil, excomandante de las AUC. A no ser de que
ahora lo vayan a declarar interticto por demencia, además de darlo por muerto. Ustedes entenderán que yo solo haya reconocido algunos de los asesinados, pues yo apenas fungía en ese tiempo desde hacía algunos meses, recien trasladado de Santa Rita, Vichada a Mapiripán. Además ellos No nos permitían a los civiles estar cerca en el momento de asesinar a sus víctimas. Además esta claro que los eviserados y los desmembrados fueron tirados al río Guaviare donde según la misma Fiscalía y su cuerpo técnico de investigadores “No fue posible rastrear el lecho del mencionado río”, declarando con esto que se trataba de una misión imposible”

En sus confesiones el General Uscátegui atestigua que “Los Paramilitares entraron a perpetrar la primera masacre de Mapiripán escoltados por el mismo Ejercito Colombiano” es decir por el Batallón Joaquín París”, además confirma Uscátegui que los paramilitares salieron del Aeropuerto de Carepa en Antioquia gracias a la colaboración eficaz del también General Rito Alejo Delgado del Río.

En este orden de hechos que fueron debidamente comprobados por las autoridades competentes hasta llegar a la confirmación de la sentencia condenatoria al General Uscátegui por parte de la Honorable Corte Suprema de Justicia, se nota claramente el afán del Ministerio de la Defensa de montar un circo mediático en el caso Mapiripán para evitar el pago de las indemnizaciones, no solo de las dos de Mapiripán, sino de todas las demas, irrespetando no solamente a todo el Ministerio de Justicia como institución respetable, sino también a todas y cada una de las víctimas reales del Genocidio en Colombia.

A mi, ni el colectivo de Abogados José alvear Restrepo, ni nadie me ha asesorado para rendir por enésima vez mi testimonio, nadie me ha pagado, No he recibido recompensa pecuniaria alguna y mucho menos indemnizaciones de ninguna índole. Evitar la impunidad de las dos masacres de Mapiripán, se ha revertido contradictoria e irónicamente en mi contra; la persecución política y la guerra sucia por haber sido declarado enemigo del Estado, me ha costado como ya dije, el haber perdido lo mejor de mi vida y ahora 14 años de exilio infernal, y No es que yo sea masoquista ni mucho menos; es que para mi como abogado en el exilio forzoso, la justicia es un imperativo categórico y más tratándose de la vida e integridad personal de gentes indefensas.

De ustedes respetusamente:

Leonardo Iván Cortes Novoa
Ex juez de Mapiripán
31 de octubre 2011
Desde el exilio

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