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Piedad Córdoba: “La llave la tiene el pueblo colombiano”
Maria Reyero y María Sevillano / Miércoles 11 de enero de 2012
 

Su nombre fue mencionado entre posibles candidatos al Nobel de la Paz, que finalmente se asignó a Obama. También se la propuso como merecedora del Príncipe de Asturias a la Concordia. Su firme postura por una salida política y negociada de la guerra no reconocida que se vive en Colombia le ha costado su puesto como senadora. Durante su rápido paso por Madrid, la colombiana Piedad Córdoba reflexiona sobre el panorama que se abre ante el conflicto tras la llegada de Juan Manuel Santos al poder y el papel que juega en este contexto el movimiento que lidera, Colombianos y Colombianas por la Paz.

La ex-senadora colombiana Piedad Córdoba llegó el pasado mes de diciembre a Madrid procedente de Bruselas, cargada de verdades y con un objetivo: contar lo que está pasando en su país, donde se vive la guerra civil más larga que ha visto Latinoamérica.

Llegó a la capital del Estado español invitada por organizaciones hermanas que conocen bien la realidad colombiana, como Justicia por Colombia, a la que pertenece Paz con Dignidad. Aprovechó el poco tiempo que tuvo para dar ruedas de prensa, conferencias y entrevistas, ya que es muy importante para ella y para el movimiento que lidera, Colombianos y Colombianas por la Paz, dar a conocer al mundo el conflicto que vive su país. En sus propias palabras, “a pesar de que hoy estamos en la era de la información, como dice Manuel Castells, a nosotros nos toca estar en la era del burro y de la mula, boca a boca, con volanticos, porque son mucho más poderosos los medios de desinformación que no quieren dejar abierta la posibilidad de que se acabe la guerra en el país". Con esta declaración de intenciones Piedad inició su participación en el acto en apoyo de Remedios García Albert, acusada injustamente de pertenecer a las FARC.

Éste, el espacio de la solidaridad y el apoyo, es el que elige Piedad Córdoba para difundir su mensaje y el de la organización que abandera, Colombianas y Colombianos por la Paz. El llamamiento a la humanización del conflicto, pero no sólo eso, sino también, y ante todo, a la salida política y negociada del mismo.

Hablar de la vida de Piedad Córdoba es hablar de una guerra que golpea a su país, Colombia, desde hace más de 50 años, en un frente abierto entre las fuerzas de seguridad, grupos paramilitares y un abanico de grupos guerrilleros de izquierda, básicamente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC y el Ejército de Liberación Nacional-ELN.

Piedad nace en Medellín y, pese a cursar estudios de Derecho en universidades fuertemente conservadores y católicas, rápidamente destacó en su labor por la defensa de los derechos de los colectivos más marginados: la mujer, las minorías étnicas (a las que pertenece como afrodescendiente), las diversidades sexuales, etc. Siendo muy joven se vinculó profesionalmente a la defensa política de estos colectivos, como líder comunal primero, hasta llegar a ser senadora de la República durante el período 1994-2010.

Desde 2007 ha estado involucrada en el proceso de negociación entre las FARC y el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe, con el que intentó coordinarse pese a encontrarse enfrentados con respecto al enfoque para desbloquear el conflicto. Esta labor comprometida con la salida negociada del enfrentamiento armado le costó en 2010 su cargo. La Procuraduría General de la Nación la inhabilitó por 18 años, bajo la acusación de colaboración con las FARC.

A pesar de verse forzada a abandonar su puesto de senadora, Piedad no ha cejado en su empeño por buscar vías para lograr la paz en su país, ahora a través de la organización que abandera, Colombianos y Colombianas por la Paz. A su parecer, ni siquiera el cambio de gobierno en 2010 con la entrada del aparentemente más dialogante Juan Manuel Santos ofrece perspectivas esperanzadoras para la resolución del conflicto. “Cuando el presidente se posicionó, sorprendió a todos con un cambio de actitud muy polite, diría yo”, cuenta Piedad antes de la conferencia que ofreció en Madrid, “muchos inclusive nos emocionamos enormemente porque consideramos que cuando él estaba hablando de la llave, estaba diciendo que no la había tirado al mar, que la tenía”. Con estas palabras, Piedad Córdoba hace referencia a varias declaraciones en las que Santos ha hablado de su disposición a resolver el conflicto colombiano, usando la metáfora de una llave que él como presidente posee y con la que abre las puertas de la paz.

Sin embargo, más de un año después de la toma de posesión del ahora presidente, los colectivos y organizaciones que trabajan por construir el proceso de paz negociado se sienten frustrados. ”Nos hemos dado cuenta de que es muy parecido a lo que pasó con el gobierno anterior, que todo era sí pero no”, reflexiona Piedad. “Era más bien una campaña mediática para convencer a la opinión pública internacional de que él tiene mucho interés en hacer la paz”. Con esta crítica, Piedad alude a la falta de voluntad política mostrada hasta el momento para abrir un proceso de diálogo con todos los interlocutores implicados, que tenga en cuenta, por tanto, a las FARC y al ELN. Es más, para Colombianos y Colombianas por la Paz, desde el gobierno se están llevando a cabo acciones que no hacen sino recrudecer la polarización, como “crímenes, desapariciones, en resumen, bombardear toda posibilidad o cualquier acción que indique que puede haber una salida política hacia la negociación del conflicto”.

De hecho, en los últimos meses se han producido violentos enfrentamientos entre la insurgencia y el ejército colombiano que han afectado gravemente a la consecución de una resolución pactada. A destacar, la muerte a manos de militares colombianos del líder de las FARC, el comandante Alfonso Cano, sobre el que se articulaba el diálogo con la guerrilla. Para Córdoba, Cano “estaba luchando con certeza, responsabilidad y compromiso en sacar todo esto adelante. Qué tan bueno hubiera sido poder estar discutiendo un futuro próximo con ellos, con todos los que creemos que nuestro país tiene que salir adelante, inclusive con quienes nos odian a muerte, con los que creen que el derecho es solamente de ellos y no de todos nosotros y de todas nosotras”.

El propio presidente mostró, según explica Piedad, una alegría desmesurada al dar la noticia a la nación, cuando comentó “mi esposa es testigo de que lloré cuando me dijeron que habían matado a Cano”. Esta reacción sería ejemplo de la política que mantiene Santos que, según Piedad Córdoba, demuestra que el gobierno sigue sosteniendo que la salida militar “es la que es importante y no el diálogo, ni el debate, ni la discusión, ni la repolitización de la sociedad, ni el instrumento de la política para avanzar en los temas que requiere el país”.

Durante su visita, Piedad también rechazó y condenó el asesinato de los “cuatro soldados de la patria” secuestrados por las FARC, caídos en una fallida operación de rescate organizada por el gobierno a espaldas de Colombianos y Colombianas por la Paz, organización que había gestionado su liberación.

Para el movimiento se trata de desvirtuar y desprestigiar su tarea ya que este asesinato se encuadra en una negociación en la que las FARC ya habían pactado con ellos la entrega de estas personas. “Y de pronto, quienes supuestamente pueden ser entregados terminan siendo asesinados en un momento en que nadie sabe si fue un combate, si fue un rescate, si fue una ejecución extrajudicial; una ejecución rápida de tal forma que no da la sensación de que pasó algo”.

Frente a este escenario Colombianos y Colombianas por la Paz considera clave el fortalecimiento de la sociedad civil para participar en este proceso a través de tres iniciativas muy concretas que Piedad Córdoba aprovechó para presentar en su gira europea. En primer lugar, su objetivo pasa por conseguir el impulso de la sociedad civil unificando esfuerzos. En segundo lugar, el planteamiento de una tregua bilateral que permita la entrada de ayuda humanitaria a las zonas en conflicto. Y, por último, emprender una campaña dirigida a los ciudadanos y ciudadanas de Colombia para concienciarles de que su participación y compromiso es vital para que el país salga adelante: “El pueblo tiene la llave”, sostiene Córdoba apropiándose del discurso de Santos y democratizando la capacidad de incidir en la resolución del conflicto.

Para la exsenadora, “esta campaña que le dice a la gente ‘la llave la tiene usted, la llave no la tiene él, la llave la tiene el pueblo’, hay que hacerla muy fuerte, muy vigorosa, tiene que remontar esos espacios de guerra, de alucinación militarista, yo diría de soberbia, que le permiten al presidente de la República trabajar más para las multinacionales que están interesadas en los recursos naturales del país que, en realidad, trabajar para el pueblo colombiano”.

El movimiento lanza esta propuesta a la sociedad civil en un momento de repunte del paramilitarismo que, según Piedad Córdoba, “está peor que en los años 90, la época de Pablo Escobar. Algo inaudito”. “En Colombia hay una movilización que se pretende acallar hoy con las amenazas a todos los que no estamos de acuerdo con eso, dicendo que somos terroristas o pertenecemos a la insurgencia”, reflexiona. Pero pese al acoso a los defensores de los Derechos Humanos en el país, Córdoba asegura que la gente “ha empezado a hacer caso omiso de ese discurso, porque está llegando a las movilizaciones, está participando; se está fortaleciendo un movimiento desde la sociedad civil para buscar la paz”.

Esto lo dice quien ha vivido muy de cerca el riesgo que implica defender los Derechos Humanos en Colombia. Piedad ha sido secuestrada, se ha visto en el exilio y este año ha llorado el asesinato de su prima Ana Fabricia Córdoba, lideresa de comunidades desplazadas por la violencia.

Pero nada apaga un corazón encendido por la injusticia. Frente a este escenario en el que conviven el miedo y la esperanza, Piedad Córdoba se situó así en el cierre de uno de los actos en los que participó en Madrid: “Yo recurro mucho a una figura española, que es la Pasionaria. Yo creo que su ejemplo de vida, el ‘No pasarán’ sigue siendo absolutamente vital en este momento. Porque no pueden pasar; porque no pueden seguir. Porque no nos pueden arrodillar. Porque no pueden lograr que renunciemos a lo que enarbolamos, que es la defensa de la libertad, la búsqueda del mínimo ético, que es poder vivir con tranquilidad”.

“Colombia es un país maravilloso, con todas sus gentes. Y batallar en esas circunstancias es muy difícil. Pero más difícil es no hacer nada. Más difícil es tranquilizarse a ver morir las esperanzas, a ver morir a tanta gente (...) Yo estoy segura de que vamos a salir adelante. Aunque nos duela mucho. Pero tengo la absoluta esperanza de que vienen otras cartas; que vienen muy buenas noticias y que esas noticias son la esperanza de que Colombia pueda vivir en paz”. Y nos despide agradeciéndonos la presencia y la escucha. Muchas gracias a tí, Piedad. Y a todos los colombianos y colombianas que toman la llave de su paz.