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Nueva cultura carcelaria y relaciones familiares de los presos políticos de la cárcel de máxima seguridad de Palogordo
Sammy Andrea Sánchez / Jueves 29 de marzo de 2012
 

“La prisión no es la hija de las leyes, ni de los códigos, ni del aparato judicial; que no está subordinada al tribunal como el instrumento dócil o torpe de las sentencias que da y de los esfuerzos que quisiera obtener; que es él, el tribunal, el que es, por relación a ella, exterior y subordinado. Que en la posición central que ocupa, la prisión no está sola, sino ligada a toda una serie de otros dispositivos "carcelarios", que son en apariencia muy distintos —ya que están destinados a aliviar, a curar, a socorrer—, pero que tienden todos como ella a ejercer un poder de normalización. Que estos dispositivos se aplican no sobre las trasgresiones respecto de una ley "central", sino en torno del aparato de producción —el "comercio" y la "industria"—, una verdadera multiplicidad de ilegalismos con su diversidad de índole y de origen, su papel específico en el provecho y la suerte diferente que les procuran los mecanismos punitivos”

Vigilar y Castigar, Michel Foucault

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Desde los orígenes del sistema carcelario, se cuestionó que la sociedad tuviera a un grupo minoritario de personas encerrado como estrategia para la resocialización y el castigo de los delitos cometidos. Es así como mas que un centro de bienestar y de reeducación para el individuo es un centro que reprime y coarta al máximo las libertades y derechos fundamentales, generando quebrantos en la parte social y emocional en la población carcelaria, esta realidad y los problemas que se generan constituyen la presencia de un conjunto de deficiencias por parte del Estado conllevando a la precarización de la vida de cada una de las personas detenidas generando consigo violaciones a sus derechos humanos.

En Colombia a partir del año de 2002 se empezó algunas transformaciones en el sistema penitenciario, ocasionada en gran parte por la necesidad de dar una respuesta a la grave crisis al interior de estos centros dada por el hacinamiento que se vivió en las décadas anteriores. El Estado colombiano a partir de ese año puso en marcha la construcción de nuevos centros penitenciarios que surgieron a partir de los acuerdos con Estados Unidos a través del plan Colombia, anexo a este, viene articulado toda una gama de gestión penitenciaria, asistencia técnica, entre otros acuerdos, denominado “nueva cultura carcelaria” en la cual se ha establecido la construcción de Establecimientos Penitenciarios y Carcelarios de Máxima seguridad, como copia al modelo carcelario del país del norte, en el Plan Colombia este acuerdo anexo se denomino “programa de mejoramiento del sistema penitenciario colombiano” firmado en el año 2001.

Actualmente en Colombia hay 7 cárceles (Combita, Valledupar, Dorada, Palogordo, Cúcuta, Popayán y Acacias) teniendo capacidad para albergar 1600 reclusos y con toda una infraestructura arquitectónica que niega la reintegración social del detenido, por otro lado con una serie de restricciones que en nada vulnera la seguridad de los penales tales como el número reducido de libros, vestuario (incluso negando el acceso a ropa de color oscuro), la obligación de raparse, entre otras, ignorando la gran jurisprudencia que ha dado la corte constitucional como medidas de protección a los derechos fundamentales de las personas reclusas y el gran apartado internacional que dan los organismos competentes a estas personas, pues el único derecho impedido a los presos es la libre locomoción y la libertad por lo cual queda sujeto a controles de todo tipo tanto jurídico, administrativo y socialización, los demás derechos deben tener las plenas garantías del Estrado y la sociedad, pero en la actualidad prima la seguridad por encima de la dignidad humana.

Estas cárceles de máxima seguridad presentadas por el INPEC y el gobierno como exitosa ya que ha bajado la tasa de hacinamiento, creyendo que el centro principal de violación y faltas a los derechos humanos es este factor. En estos establecimientos penitenciarios de alta y mediana seguridad (de ahora en adelante EPCAMS) el tratamiento dado por los entes de control encargados en este caso el INPEC y particularmente el personal del EPCAMS orientados por el buro de prisiones de los EEUU no garantiza como lo plantea en reiteradas ocasiones la “resocialización” del individuo sino el aislamiento prolongado, el mal trato y la eliminación total de la subjetivación del preso y el distanciamiento en la relación con sus familias, llevando a limitar el contacto físico, este diseño de cárceles no tuvo en cuenta los demás derechos como el trabajo habiendo espacios reducidos para el desarrollo de diversas labores lo cual dificulta devengar algún dinero empeorando la situación económica de la población detenida.

Los últimos dos gobiernos han extendido la seguridad democrática a las prisiones focos de represión y autoritarismo para aumentar la seguridad, negando la existencia de un conflicto armado por el que atraviesa el país trasladándolo también a estos panópticos, la micro sociedad allí congregada, llevando a mezclar a la población detenida por paramilitarismo e insurgencia, lo cual no solo vulnera la integridad de los presos políticos sino la de sus familias y añadiendo a este el tratamiento que da el gobierno representado en el INPEC a los detenidos políticos es de enemigo el cual se debe combatir en cualquier contexto sea física o moralmente y un endurecimiento de la pena en condiciones a veces infrahumanas:

“Si, he recibido agresión verbal por exigir los derechos como preso, en Valledupar fui obligado con otros compañeros a vivir con presos del paramilitarismo luego de unas agresiones de estos a unos compañeros nuestros les exigimos al INPEC separación del patio y la respuesta de los cuadros de mando era que teníamos que vivir juntos, pese a que hablamos con la cruz roja, defensoría del pueblo, no fue posible la separación”.

En Colombia actualmente hay más de 7.000 presos políticos según las cifras de la ONG Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP) y según el propio INPEC son 2.039, entre otros estos son personas que efectivamente pertenecen a la insurgencia, personas civiles que se oponen al statu quo y que pertenecen a organizaciones sociales y campesinos de zonas aledañas donde hacen presencia, tienen sus zonas de retaguardia o su base social y política los grupos insurgentes los cuales son detenidos por “colaborar con la guerrilla” y miembros de la oposición política legal que se encuentran detenidos por terrorismo y concierto para delinquir.

PRESOS Y DELITO POLITICO

El concepto de preso político debe enmarcarse desde el contexto histórico-político, pues las concepciones son diversas de acuerdo a las diferentes épocas y naciones según su ordenamiento jurídico vigente y el sistema político en el cual se busque ubicar este concepto, ya que las diferentes doctrinas y autores sobre el tema han dado diversos e interesantes nociones del mismo, cabe señalar que una constante implícita del concepto de delito político es que en cada una de los contextos se ha caracterizado porque el delincuente político inspira su lucha en las reivindicaciones de los sectores mas desfavorecidos de las capas sociales y busca una sociedad más justa, tratando de obtener un cambio real, eliminando la desigualdad social y económica imperante.

Es claro que el concepto de “delincuente político” tiene un soporte estrictamente ideológico; con efectos relativos que dependen de una visión histórica; es decir, no es un concepto absoluto, sino que depende de los intereses de quien aborda el estudio de esta categoría; de entrada se cuestionaría si quien pretende la construcción de una sociedad justa se podría llamar “delincuente”.

Es un concepto relativo porque depende de la concreción del proyecto político, en caso de ser capturado en el intento, será llamado por su adversario como delincuente; pero si logra sus objetivos será denominado como un héroe de la nueva sociedad. Las máximas autoridades siempre han encontrado en el rebelde no un opositor político al régimen establecido sino un ser humano carente de virtudes y de valores.

Al tratar de encontrar una definición exacta de lo que es el “delincuente político” es necesario aclarar que la tarea no es fácil pues este concepto esta sometido al punto de vista de los diferentes autores y al ordenamiento jurídico en el cual está inmerso el delincuente político; en el caso colombiano, prácticamente se ha eliminado del ordenamiento legal el delito político, excluyendo la conexidad con otras conductas que son derivadas del actuar rebelde, como son los homicidios y lesiones personales ocurridos en combate, afectación a la infraestructura, entre otras.

En voz de las personas que están condenadas por serlo, el ser un preso politico es:

“Aquel, que utilizando políticas de vanguardia contradice en oposición a un régimen ilegal, autoritario que funciona en detrimento de la sociedad y en función de mantener los privilegios de la clase burguesa la cual es quien dirige dicho régimen”.

“Son todas aquellas personas que caen prisioneros por convicciones políticas e ideológicas diferentes a las del régimen de un Estado”.
“En Colombia delito político ya no es solamente la rebelión que aun cuando está tipificado en la legislación colombiana como tal, sabemos que es un derecho que tienen los pueblos del mundo para luchar contra regímenes autoritarios e ilegítimos, en Colombia es un delito pensar diferente a los gobernantes, es delito protestar, exigir sus derechos, enfermarse y tener hambre”.

Negar la existencia de los presos políticos en Colombia como lo ha hecho en reiteradas ocasiones el actual gobierno, es negar la existencia de la problemática social, política y armada que hace parte de la historia colombiana, es negar la existencia de opositores políticos que independiente de la forma como se expresen violenta o pacificamente tienen una propuesta alternativa de país, que busca mejorar las condiciones de vida de la población, que busca incluir a las clases sociales excluidas. Ignorar este concepto y las implicaciones ideológicas y políticas que trae consigo esta categoría es implantar un régimen autoritario que no incluye otras posibles propuestas políticas de país, persistiendo un ordenamiento legal y jurídico que favorece las clases dominantes y utilizando instrumentos jurídicos, comunicativos, etc de desprestigio hacia los rebeldes, los cuales son calificados como terroristas apelatio aceptado por la mayoría de la población.

Pues bien el presente escrito tiene como fin analizar cómo han sido las relaciones familiares de los detenidos políticos en la nueva cultura carcelaria pues ya se explicara de manera general lo que significa esta nueva gestión penitenciaria en el marco del Plan Colombia impuesto al país, ya que la realidad carcelaria de las personas que están detenidas por motivos políticos tienen particularidades en el trato recibido a diferencia de los demás presos, pues se busca aislarlo totalmente del núcleo social y en muchos casos se ha dado que estos presos son llevados a pagar sus penas en cárceles de alta seguridad aun cuando están en fase de mediana lo cual podrían hacerlo en las cárceles distritales o de mediana seguridad, en las cuales están controladas por presos del paramilitarismo y que están en la ley de justicia y paz. Otro factor a resalta es el trato recibido por los visitantes pues se ha tratado de involucrar a estos en el conflicto pues se señala a estas personas por el hecho de ir a visitar a sus parientes detenidos.

Particularmente en la penitenciaría de alta y mediana seguridad de Palo Gordo en Girón, Santander, se está desarrollando este análisis de la situación familiar de los presos políticos. Las personas entrevistadas se encuentran detenidas en el patio 3 y una persona en el patio 9, este patio (3) en específico está compuesto por 160 presos de los cuales aproximadamente 100 son presos políticos y los 60 restantes son presos comunes.
Esta penitenciaria se encuentra ubicada a 45 minutos del casco urbano de Girón, atravesando una carretera sin pavimentar y en un alto grado de deterioro dificultando el acceso a esta en épocas de invierno, lo que afecta las visitas familiares de las personas allí detenidas.

Una de las características de ubicación de estos centros carcelarios de máxima seguridad son los lugares donde fueron construidos alejados del núcleo de la sociedad y de difícil acceso, está construido solo en material de concreto, la infraestructura arquitectónica es totalmente gris y algunas partes azul oscuro lo cual da un aspecto de centro de castigo, represión y autoritarismo, esta monotonía del color trae consigo la perdida visual al estar confinados tanto tiempo en estos espacios tan reducidos. Las personas detenidas deben permanecer en los patios fuera de sus celdas pues estas son aseguradas por el personal de guardia desde tempranas horas de la mañana, hasta las 5 de la tarde son encerradas las personas nuevamente en las celdas, apagándoles la luz a las 8 de la noche, todo programado para que el preso carezca de lectura y viva desinformado. Los “patios de visitas” son iguales al resto de la cárcel prepondera el color gris y las sillas donde los detenidos tienen que recibir a sus familiares son de concreto generando un cansancio físico y visual no solo en el preso sino también a la persona visitante.

La visita familiar es de 4 horas, cada 15 días, la visita conyugal se realiza cada mes o cada 45 días dependiendo del número de parejas visitantes, con una duración de 45 minutos o de una hora, en unos cuartos llamados “celdas conyugales” evidentemente deteriorados y sin ninguna comodidad para las personas lo cual vulnera su intimidad personal y de pareja, pues uno de los factores que desencadenan el rompimiento de las relaciones sentimentales es el poco contacto físico y afectivo que tienen los detenidos con sus compañeras. Se ha manifestado que en varias ocasiones las celdas conyugales no tienen la batería sanitaria en buen estado y falta de suministro de agua, sumando la falta de respeto por parte de la guardia de turno a ese momento intimo, del cual ha habido varios casos en los que el guardia encargado abre la puerta sin importar la intimidad sexual de la pareja.
Por otro lado es importante resaltar el papel que representa la familia en este proceso, lo cual en su mayoría genera un rompimiento de las relaciones familiares y altos indicadores de depresión, ansiedad, estrés, soledad, entre otros. Realizando un cálculo de cuantas mesas y celdas conyugales hay en cada patio no alcanza a cubrir la totalidad de la población detenida en cada uno de los patios, lo cual da a entender que para el gobierno y los entes encargados es intencional el máximo castigo dado al preso para su aislamiento total de la sociedad y sobre todo de su núcleo familiar pues pareciese que no tenían muy presente la visita familiar, pues si asistieran todas las familias de las personas detenidas colapsaría el sistema del EPCAMS en los días de visitas.

La ley 65 de 1993 (Código penitenciario y carcelario) deja como aspecto importante de la visita en el proceso de “resocialización” del individuo y cada centro penitenciario establece su reglamento para la visita lo cual ha significado que cada cárcel tenga unos requerimientos diferentes para las personas visitantes. En los EPCAMS la visita es más restringida en cuanto a horarios y vestimenta de las personas pero contradictoriamente a la entrada del EPCAMS de palo gordo dice “no se exigirá una vestimenta particular a la visita”, en la realidad real para la visita es un constante temor que alguna prenda que lleve no sea aceptada por el guardia o la guardiana de turno pues pareciese que cada 15 días cambia el reglamento de visitas. Incluso presentándose casos de requisa intrusiva y abuso por parte de las guardianas encargadas del procedimiento de entrada.

La familia para los detenidos políticos de la cárcel de Palo Gordo:

“Es ese grupo de personas unidas entre si en algún grado de consanguinidad”.

“La familia para mi es el núcleo más importante de la sociedad porque de ella recibimos todo el apoyo, afecto y comprensión en estos momentos difíciles porque el que me ha tocado pasar ya que el régimen busca aislarnos y destruirnos”.

Es todo un concepto amplio de familia dada las circunstancias en las que se encuentran de aislamiento y vulneración, para algunos es la familia nuclear, para otros son las mismas personas con las que comparten cotidianamente estableciéndose lazos de solidaridad. Evidentemente el vínculo familiar se ha resquebrajado debido a la distancia en las que se encuentran sus compañeras, padres, madres, hermanos/as, hijos/as lo cual ha constituido un factor trascendental en el rompimiento de relaciones sentimentales, constituyéndose hogares fragmentados y reconstruidos por sus compañeras.
Otro factor que ha perturbado las relaciones familiares son las constantes medidas abusivas por parte del INPEC en el momento de la entrada de visita lo cual hace parte de una permanente tortura psicológica que afecta negativamente a las personas visitantes pues las personas entrevistadas manifestaron que sus familiares fueron víctimas de malos tratos de parte de la guardia penitenciaria y en algunas ocasiones llegan al punto de no volver a visitar a sus parientes.

“A la cárcel entra el hombre y no el delito, cada hombre es tratado con preferencia por su delito y por su bolsillo. Su dignidad humana y la mía son inviolables, de cual dignidad se trata, la dignidad de los golpes y la humillación, la dignidad de ser alejado de la familia, la dignidad de tratar a una mujer como una prostituta, la dignidad del Estado es creer que la humillación es un camino de libertad.

He estado en 3 cárceles, Duitama, Combita y Palogordo y en esta es donde más se violan los derechos humanos, si estar lejos de mi hijo, mi compañera y mi familia me llena de ira y rencor”.

De las personas entrevistadas todas han estado en diferentes centros de reclusión siendo el más temido por la represión la cárcel de Valledupar o la tramacua como la llaman los presos, la cual fue la primera cárcel de máxima seguridad junto con la de Combita, construida en el paquete que ofreció el gobierno gringo al colombiano. Así relata un preso político una situación que vivió en la “tramacua”:

“En Valledupar me amarraron las manos y me propinaron una fuerte paliza y me cachetearon por varias veces en la cara nos dejaron a la intemperie por dos horas donde los mosquitos gozaron con nosotros fuimos 4 veces golpeados…esto sucede por represalia por pertenecer a un grupo y decirles la verdad cuando uno reclama sus derechos”.

Este preso político entrevistado manifestó en varias conversaciones haber sido víctima por parte de la guardia de tratos crueles e inhumanos pues en reiteradas ocasiones fue violentado física y psicológicamente, no solo él sino también su compañera sentimental a quien le realizaron requisas intrusivas lo que constituyo un estado de malestar en ella y casi se materializa el rompimiento de su relación sentimental debido al trato del personal del INPEC.
Ha sido una constante el alejamiento del círculo familiar pues los presos políticos entrevistados en el EPCAMS de Girón son originarios de lugares alejados de este centro:

“Estas prisiones están hechas principalmente para acabar con el núcleo familiar y social del prisionero, partiendo de la ubicación geográfica de donde se encuentran las penitenciarías se convierten en un gran problemas para las relaciones familiares, sentimentales y afectivas, lo cual pone en riesgo la integridad física y la vida de los visitantes y sumado a esto la infraestructura que no permite privacidad ni para platicar porque el resto de internos y el personal de custodia están escuchando y viendo lo que uno dice y hace y agregándole a estas incomodidades algo mas como es el corto tiempo para compartir con nuestras visitas y el abuso verbal y físico que tienen que exponerse nuestros familiares y amistades al momento de ingresar a las penitenciarías por parte del personal de custodia que realiza las requisas; todos estos vejámenes, oprobios y adversidades, estas circunstancias causan un estado de aversión y tedio en los visitantes causando así el deterioro de las relaciones familiares, sentimientos y afectuoso hasta el punto del rompimiento del núcleo familiar y social del prisionero”.

Por otro lado el Estado tiene toda la responsabilidad de salvaguardar la integridad de los detenidos pues al pasar a estar presos este debe garantizar sus derechos humanos y las de sus parientes, pero desafortunadamente el conflicto que vive el país junto a la política de seguridad democrática impuesta al interior de los centros carcelarios no solo a afectado el tratamiento dado a los presos políticos sino tambien a perturbado de manera directa a sus familiares, pues no solo el trato dado por la guardia al momento de la visita a constituido una circunstancia degradante para las familias, también la estigmatización que se tiene al ser pariente de un preso político lleva consigo la persecución y amenazas, conociéndose amplios casos en los cuales personas familiares fueron perseguidas y judicializadas, incluso casos extremos de familiares que fueron asesinados en el marco de la detención de su ser querido.

“Al rancho llegaron por la madrugada aprovechando el silencio y la desolación del momento, porque los vecinos aun no despertaban, interrumpieron el sueño de mi vieja, como en toda ocasión se presento una sorpresa para mi suerte jugaba en mi contra, pues había llegado mi aventurera madre, mi hermana y otros, con esto se agravaba mas mi situación.

montaron la paparrucha de un allanamiento para poder hacer el montaje pusieron unas armas dentro de la caja para justificar las torturas que estaban cometiendo con mi humilde familia, prosiguieron llevándose presos a nona, madre, hermana y otros, ya cuando se encontraban en los fríos y húmedos calabozos de la SIJIN las torturaron psicológicamente consiguiendo con esto aprovecharse de la ignorancia de mi pobre vieja, que en medio de su desespero y el afán que sentía sin saber que allá afuera no quedaba quien viera por mí, accedió a tratar con estos bandidos.

trato que la llevo a permanecer tres años en la cárcel injustamente consiguiendo con esto que dejaran en libertad a mi madre, la cual días más tarde le toco pedir limosna para poder enterrar a mi hermano, que asesinaron en total indefensión, un joven de 14 años que se convirtió en uno de los muchos disque positivos de la seguridad democrática, estos antisociales en su afán por desquitarse de mí, por no haberles cambiado mis valores por un plato de lentejas arremetieron contra mi familia”.

Otro preso político comenta:

“En la modelo y Picota de Bogotá y en Combita por espacio de 4 años no pude tener visita familiar dada la lejanía del sitio donde viven, en otra oportunidad me visito una amiga de la familia desde una región muy distante, la guardia no solo la señalo de ser cómplice mía, sino que abusaron en la requisa y no la dejaron entrar productos que me llevaba, permitidos dentro del penal”.
Al momento de la captura trataron de violentarlos psicológicamente con la amenaza de atentar contra la vida de sus seres queridos es así como las personas condenadas a pagar largos años de prisión decidieron el alejamiento familiar para proteger la vida de sus familiares, lo cual lleva a que muchos años no tengan ni siquiera contacto telefónico con ellos. Para los familiares de las persona capturadas también fue un encuentro de sensaciones diferentes, primo el apoyo moral y afectivo, pero dadas las condiciones materiales y económicas la distancia ha preponderado en el vinculo familiar.

“Desde el año 2002, mi relación familiar ha sido complicada porque existe un distanciamiento motivado por razones de seguridad, económicas y distancia. Desde enero de 2008 no veo a mi madre y mis hermanos, desde febrero de 2005 no veo a mi hijo, aunque existen obstáculos, considero que la unidad familiar se fortalece por medio de cartas y teléfono cuando se puede”.

Es importante detallar que las personas detenidas son de bajos recursos económicos al igual que sus familias por lo cual este ha sido otro factor crucial en el distanciamiento físico y telefónico, lo cual lleva a que la comunicación sea de manera escrita medio también que es restringido y manipulado por la guardia penitenciaria:

“En cuanto a los medios de comunicación con nuestras familias o allegados, aquí es bastante restringido porque nos cobran a celular la máxima tarifa y como si fuera poco el sistema de comunicaciones los dañan, esto en cuanto a los teléfonos hay fallas a propósito los días que se comunican los presos, como es el día sábado y el día domingo, quedando buenos solo dos de los cuatro que hay y en ocasiones uno está para el uso de 160 por esos, tocando realizar largas colas para poder hacer una llamada que consiguiente hay personal que se ve apurado para llamar en el día y en estos momentos nos están cobrando el 4 por mil se han realizado denuncias porque esto es ilegal pero dichos funcionarios no se han pronunciado a favor de las personas detenidas”.

Esta política penitenciaria, ha generado todo una degradación del individuo, generando estados constantes de depresión en ellos y baja estima debido al maltrato recibido, no ha generado en ningún caso mejores condiciones de vida para la población reclusa, hay que señalar que se ha corregido la cuestión de hacinamiento pues si se hace una comparación de este modelo nuevo con las cárceles de mediana seguridad o distritales, en estas últimas el hacinamiento era uno de los factores fundamentales de vulneración de derechos pues de la mano de este tema se relaciona la degradación de otros aspectos importantes en el desarrollo cotidiano del individuo como la educación, salud, trabajo, pero algunos de los entrevistados manifestaron que la relación familiar era mejor debido al marco de tiempo que tenían para dedicarle a sus familias y además no había restricción en tiempo en cuanto a la visita conyugal, lo cual facilitaba aun más la vida sexual del preso y su compañera.

“Las relaciones familiares son buenas porque hay más posibilidades de relacionarse con su núcleo familiar, hay más posibilidades de comunicación lo mismo con la encomienda y llamadas ya que en mediana todavía es posible, los sentimientos en este lugar es posible alimentar porque este régimen de mediana todavía lo permite”.

“En mediana estuve 15 meses y había más posibilidad de visita de amigos y amigas por estas en la ciudad habían otras condiciones, la comunicación era mejor, en relación a los sentimientos hay un poco mas de alegría debido a que las visitas son más frecuentes”.

Es de resaltar otro aspecto de la vida carcelaria y poco visibilizado pues se toma como intrascendente y es el tema de los traslados, las personas detenidas son encadenadas en las manos junto con otra cadena que se ajusta a la cintura y pies, dejando sin movilidad gran parte de su cuerpo, en muchas ocasiones aguantando las necesidades fisiológicas y teniendo que hacer estas en el mismo asiento pues los guaridas encargados por “seguridad” no dejan que los prisioneros realicen sus necesidades en el lugar adecuado. Muchas personas que han tenido que ser trasladadas afirman que no les dan alimentos durante los trayectos que se prolongan hasta por 24 horas, recibiendo la comida en los centros donde van a permanecer presos o en calidad de guardados. Incluso se realizan traslados en periodos donde se hace más necesaria la visita familiar y la afectividad como en las épocas navideñas donde algunos detenidos han tenido que pasar en las UTE (unidad de tratamiento especial) que son verdaderos calabozos donde permanecen 23 horas al día y solo 1 hora de sol, en total aislamiento, mientras son asignados a algún patio o permaneciendo durante meses allí recluidos ya sea por las condiciones de la cárcel en particular pues muchas de estas penitenciarias no hacen distinción entre presos y mezclan a los presos políticos con grupos paramilitares lo que genera un estado de alerta y de intranquilidad permanente en los primeros, pues no hay un patio propio.

Este escrito se ha realizado gracias a la confianza depositada por los presos políticos del patrio 3 de Palo Gordo en Girón, Santander en el marco de una investigación que se está realizando llamada “La Nueva Cultura Carcelaria y las relaciones familiares de los presos políticos detenidos en la cárcel de máxima seguridad de Palo Gordo, Girón”, queriendo reflejar una situación que a diario se vive en los centros penitenciarios de Colombia y que no son expuestos por los medios masivos de comunicación, pues en las cárceles se ha impuesto al igual que el resto de la sociedad colombiana una guerra contra las personas de las capas más desfavorecidas y marginadas quienes exigen mejores condiciones de vida para el pueblo, pero desafortunadamente algunos son acallados con la muerte, a otros lo intentan hacer con la cárcel y el endurecimiento de la política criminal con el fin de reducir el número de delitos cometidos, lo cual nunca ha demostrado que el número de personas infractoras de la ley disminuya, sino por el contrario las condiciones económicas, de desigualdad llevan consigo que la persona busque mecanismos de sobrevivencia y reclame legítimamente sus derechos de manera pacífica o violenta.

Finalmente compartimos un poema escrito por un preso político dedicado a su familia y a su madre (q.e.p.d.)

¡Oh! querida y siempre recordada familia

Hoy quise escribirles unas cortas líneas

En las cuales les entrego un pedazo de mi existencia

A cada uno de ustedes que hacen parte de mi vida

Pues no tengo nada material y económico que darles

Sino mi convicción política e ideológica

Que es lo único que poseo

Como herencia de un legado histórico

De la emancipación de los pueblos

Aunque hoy las circunstancias no sean fáciles

No hay que perder los sueños ni las metas

Hay que seguir luchando con perseverancia y optimismo

Con la esperanza de verlos junto al pueblo triunfante

Regocijados, alegres en el alba de cada día venidero