Agencia Prensa Rural

¿Cuál libertad de prensa en Colombia?
Nelson Lombana Silva / Domingo 17 de junio de 2012
 

Causa escozor la temeridad con que el nefasto ex presidente de la república de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, se dirige a los periodistas consecuentes con su profesión y con la lucha del pueblo por la construcción de un país incluyente y sin privilegios de ninguna naturaleza. Tildarlos de “sicarios” es llegar al extremo de la infamia y el más duro mazazo a toda libertad de prensa. Implica colocar a estos comunicadores sociales en las fauces del binomio militar – paramilitar en un acto de extrema irresponsabilidad. ¡Claro, qué se le puede pedir a una criatura marcada como el narcotraficante número 82 o de tener directos nexos con la mafia del narcotráfico junto a su padre, su hermano y ahora otros familiares muy cercanos. Incluso, padre putativo de las tenebrosas convivir y muchas cosas más que hoy por hoy nos avergüenzan ante propios y extraños!

Sicario, dice el diccionario, es asesino asalariado. ¿Cómo puede catalogarse de asesino a un periodista porque trata de reflejar la realidad? Quienes escribieron los libros, la biografía no autorizada o Uribe el narcotraficante número 82, no erraron en una sola afirmación, de lo contrario, estarían en el penal condenados a cadena perpetua disfrazada. Al no haber espacio para la judicialización, acudieron a otros hechos monstruosos como la amenaza, la estigmatización y el desprestigio. Recuerdo al periodista y director de VOZ La verdad del pueblo, Carlos A. Lozano Guillén, fotografiado supuestamente al lado de una dama desnuda, la campaña temeraria de que era vocero de la insurgencia porque así lo decía el computador del camarada Raúl Reyes, computador que nunca pudo ver porque nunca apareció. O las crudas amenazas que se han incrementado en los últimos días. Solo un ejemplo.

La libertad de prensa en Colombia está amenazada de muerte. Hay toda una presión sistematizada para anular a los periodistas y los medios que tratan de aproximarse a la verdad de los hechos. Vale recordar la función prioritaria de los medios de comunicación: Informar, Formar, Educar y Recrear. Le agregaríamos dos más: Denunciar y Anunciar. ¿Cumplen los medios masivos de comunicación en Colombia estas funciones? Diría que hacen cosa distinta: Alienar y enajenar al receptor. Lo colocan, virtualmente, en un mundo distinto a la realidad objetiva. Solo circula por allí el mensaje de la burguesía, el cual es impuesto a la fuerza y nada tiene que ver con la realidad del pueblo humilde que permanece desinformado y por el contrario, amaestrado, siendo pobre, pensando como rico.

Ahora, que los Comunistas preparamos el XXI congreso nacional, con tantas dificultades en un país en guerra y antidemocrático, pero con mucha esperanza revolucionaria, debemos profundizar el debate sobre el tema de la comunicación y de los medios de comunicación. No podemos tomarlo como algo accesorio, debe ser prioritario. En la medida que profundicemos sobre el tema vamos enfrentando con decisión “el opio del siglo XXI”. Vamos entendiendo la importancia histórica, política y comunicacional que encarna el periódico VOZ La verdad del pueblo, pero, a su vez, vamos yendo más allá en comprender el fenómeno de la comunicación masiva desde la perspectiva científica y la caja de resonancia que implica los medios. También el papel de los medios alternativos y el trabajo revolucionario, complejo y dinámico que implica escribir, decir o proyectar imágenes. No son pocas las personas que subvaloran esta actividad, infortunadamente en el autodenominado “país del sagrado corazón de Jesús”, porque aún no han podido dimensionar el poder descomunal de la comunicación.

No es fortuita la cantidad de periodistas asesinados en Colombia por la intolerancia del Estado Capitalista. Uno solo argumento: Lo que no aparezca en los medios no existe. Así de sencillo. ¿Quién tiene el poder de imponer una imagen única, un discurso único, una ideología única? Pues los medios de comunicación. Así las cosas, no es gratuito que los grandes consorcios, multinacionales y transnacionales se hayan apoderado de los principales medios de comunicación en el mundo.

Por eso, esos medios, más de incomunicación que de comunicación dice Eduardo Galeano, son propagandistas de la burguesía y de personajes siniestros como Álvaro Uribe Vélez. De no ser así, jamás se le transmitiría amenazas de muerte contra periodistas consecuentes con su profesión y desde luego, contra la libertad de prensa.

El fenómeno de la comunicación es prioritario, básico y fundamental en la lucha contra el capitalismo y por el socialismo. Deberíamos entenderlo así.