Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Libros
Josep María Freixes: "El Gobierno nunca ganará a las FARC, ni las FARC al Gobierno"
El historiador terrassense (Terrasa, Catalunya) describe en su libro "Tu esperanza interminable" sus 72 horas en un campamento de las FARC
Marc Torras / Martes 17 de julio de 2012
 

El egarense Josep María Freixas mantuvo un encuentro con uno de los actuales líderes de las FARC. Profesor de instituto e historiador, describe a través de "Tu esperanza interminable. 72 horas con las FARC" cómo fueron los acontecimientos y cuál es la realidad en la selva. A camino entre la narrativa, el ensayo histórico y el reportaje periodístico, repasa la evolución del conflicto desde el siglo XIX. El autor presentó su libro en el Crac de Rubí.

¿Como llegó a encontrarse con un líder guerrillero?

Es una cuestión de contactos. Hace unos 10 años que estoy interesado en el conflicto y en los últimos cinco he viajado a menudo a Colombia. He realizado contactos con gente del mundo político, social, estudiantil... Ya en el 2007 se habló del tema y en 2009 se produjo el encuentro. Una persona quedó conmigo y me guió por la selva hasta llegar a un campamento. Ahí me encontré con Pastor Alape [pseudónimo], miembro del secretariado [dirección] de las FARC. En ese momento lo era solo de la parte oriental del país y ahora ya está en la dirección nacional.

¿Qué fue lo más te impactó?

Vi la realidad por mí mismo, que es lo que buscaba. Quería conocer la otra visión del conflicto. Solo tenemos una visión, la del gobierno y la que sale en los medios. Y quería ir directamente a la fuente. Vi gente normal y corriente, la idea que tenemos es la típica de un asesino. Ellos me ofrecieron una visión particular del conflicto. La experiencia fue muy positiva.

¿Qué no muestran los medios?

La voz de la guerrilla, y no me refiero solo a las FARC. Solo se ofrece la visión del gobierno, que es que un grupo terrorista mata, secuestra y trafica con drogas. En realidad la violencia la utilizan las dos partes y es importante conocer que hay ideología detrás de la otra parte. El triunfo de Uribe no es haber pacificado el conflicto sino haberle quitado ideología a las FARC. No estoy haciendo juicios de moral, simplemente digo que detrás de esas personas hay un proyecto político.

Precisamente cada vez son más los que les acusan de solo luchar por el control del narcotráfico...

Las FARC es un movimiento que se funda en el año 64 y la droga aparece en los años 70 y 80. Por lo tanto el conflicto es anterior, yo diría que incluso forma parte de la propia fundación del país. Eso sí, luego con la droga se magnifica. Pero la droga está en todas partes: guerrilla, paramilitares, Gobierno... Y ensucia el conflicto. Hay que tener en cuenta que las FARC tienen un programa de sustitución de la coca y el Gobierno no. También es un factor clave que la guerrilla tiene apoyo en el mundo rural porque persigue la redistribución de tierras. En cambio, no tienen portavoces en las ciudades.

¿Por qué no cuajan en las ciudades?

Ellos no son urbanos, aunque a través de estudiantes y algunos intelectuales expanden su proyecto. Pero su libro de ruta se basa en el medio rural para sacar de la pobreza secular a la población campesina, que arrastra esta vulnerabilidad casi desde la colonia.

¿Ha cambiado su perspectiva después de las conversaciones?

Para mí fue bastante impresionante, aunque me fui dando más cuenta después. Noté mucha sinceridad. No fui allí como periodista y eso cambia la situación. A veces las FARC utilizan a los periodistas como propaganda o, por su parte, a veces estos solo se quedan con la morbosidad. Yo me acerqué como mero historiador para conocer el conflicto. Creo que el hombre dijo lo que quería decir sin tapujos. Ya entonces, por ejemplo, me dijo que reconsiderarían los secuestros y ahora los han zanjado. No obstante aún tienen 8.000 presos. Ellos entienden que viven una guerra con víctimas en los dos lados. Yo trato de decir en mis clases que hay que ponerse en la piel de cada parte, no para apoyar nada sino para entender la realidad.

¿Cuanta gente podía vivir en el campamento? ¿Cómo se organizaban?

Cuentan con una organización muy importante. Aproximadamente se habla de unos 15.000 guerrilleros ahora; en 2002 se hablaba de 20.000. También cuentan con ’radistas’, gente que no va uniformada y que se dedica a tareas logísticas. Las FARC están en constante movimiento, ya que les va la vida en ello, por lo que los campamentos son bastante sencillos. Hoy en día la tecnología del ejercito, gracias a la colaboración con Estados Unidos les está causando mucho daño. Al campamento al que fui habría unas 30 personas, pero la gente entraba y salía, hay muchos que se mueven permanentemente.

¿Cree que hay un apoyo social significativo?

Evidentemente han perdido apoyo social en este tiempo. La imagen de los años 60 era muy heroica, como la del Che. Ellos nacieron como resistencia después de un bombardeo de Estados Unidos a unos campesinos que se autoorganizaban. Pero han cambiado muchas cosas. Hoy día se compran armas en el mercado negro, la coca es importante, hay secuestros –aunque ellos les llaman ’retenciones’–.... Tienen menos apoyo pero el suficiente para sobrevivir. No ganarán nunca al Gobierno pero tampoco creo que el Gobierno les gane nunca. Esa imagen de que van a desaparecer lleva muchos años y no es cierta. La solución vendrá por la vía política.

¿Y por qué no llega, esa vía?

No viene porque no es una sociedad madura. El estado se creó a imagen y semejanza de los criollos, excluyendo a mucha gente. No hay pacto social. En España ha habido paz social cuando la clase media ha triunfado. Allí o eres rico o eres pobre. Hay excepciones, pero en general está muy separado. Y los ricos no están dispuestos a ceder ni un ápice. Además, hay conexiones claras con el movimiento paramilitar y me remito a las actas judiciales. Hay familia de Uribe relacionada con los paramilitares. Para mí ése es el gran problema, la connivencia con el Estado. Los paramilitares defienden a terratenientes y la tensión aumenta.

¿En qué momento histórico se encuentra Colombia?

Yo diría que en el del estancamiento. El Gobierno de Santos, que es de concentración nacional, no es el de Uribe, pero no lo veo capaz de solucionar el conflicto. Ha hecho una ley muy importante de restitución de tierras, para la gente que las ha perdido por la violencia, pero está habiendo muchos asesinatos cuando se disponen a recuperarlas. Si no se protege a esa gente es un nuevo problema. Yo soy pesimista, porque no veo una sociedad que respete al otro. Es un país extraordinariamente racista, mucho más que España. Parece mentira con la cantidad de mezcla que hay. Si esto no se rompe es difícil. No estamos cerca de la paz. Para entender un conflicto hay que racionalizarlo. Estoy en contra de la violencia pero hay que entender que la guerrilla no solo es violencia, sinó hubiera desaparecido como los cárteles de Medellín, que son un solo negocio.

Por eso ha titulado el libro una Esperanza Interminable...

Y también por otro motivo. Es el tema de una canción que me encanta y que ahora se ha hecho famosa gracias a Mercedes Soza. Se llama Serenata para la tierra de uno y la escribió la poetisa argentina María Magdalena Walsh.