Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

En una mesa de cooperantes, diversas entidades internacionales representadas en Colombia, apoyan la figura de las ZRC como una verdadera propuesta de paz. Entre los diferentes apoyos adelantados y en desarrollo para las ZRC en el proceso de reactivación, el Incoder ha ejecutado una cifra cercana a los 8.000 millones de pesos
Amplio respaldo institucional recibe el Incoder para el proceso de reactivación de las Zonas de Reserva Campesina
Se destaca la significativa presencia del Banco Mundial, entidades afiliadas a la ONU como la FAO y el Pnud, la Unión Europea y la embajada de Canadá, entre otros. “Las Zonas de Reserva Campesina tienen que ser una política de Gobierno. Así nos lo ha pedido el Ministerio de Agricultura”: Miriam Villegas.
INCODER / Jueves 2 de agosto de 2012
 

Bogotá, agosto 02 de 2012. Con una decidida actitud de apoyo y reconocimiento al programa de Zonas de Reserva Campesina que maneja el Incoder, por parte de diversas instituciones nacionales e internacionales, culminó una mesa de cooperantes que encabezó la Gerente General del Incoder, Miriam Villegas.

Durante el encuentro, que contó con la presencia de delegados de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc), y de diversas organizaciones nacionales e internacionales que apoyan este proceso, el instituto presentó las acciones que ha venido realizando y las que ejecutará a corto, mediano y largo plazo para la reactivación y constitución de las ZRC de Colombia.

Por parte de las entidades internacionales, se destacó la significativa presencia del Banco Mundial, la Unión Europea con su embajadora a la cabeza, la Embajada de Canadá, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y organizaciones de apoyo humanitario y social como Tierra de Hombres, de Alemania, GIZ, igualmente germana, la Asociación Catalana por la Paz, la Federación Luterana (del Cauca), Canadá ACDI y Forum SYD de Suecia, entre otras.

Miriam Villegas ratificó el compromiso del Incoder de continuar apoyando el proceso de reactivación de las Zonas de Reserva Campesina, advirtiendo que consolidar la figura debe ser una laborar que debe comprometer el accionar de toda la institucionalidad, pública y privada, lo que incluye a las mismas organizaciones vinculadas al proceso de reactivación de ZRC. “Se trata de volver a darle dientes a las ZRC en Colombia”, recalcó.

“Las Zonas de Reserva Campesina tienen que ser una política de Gobierno. Así nos lo ha pedido el Ministerio de Agricultura, ya que está de acuerdo con la figura de ZRC y con el fortalecimiento de las seis zonas que ya están formadas para mirar poco a poco la constitución de unas nuevas”, explicó.
Otras intervenciones

A su turno, César Jerez, representante de Anzorc, dejó claro que la realidad de las ZRC es un proceso que reclama todas las garantías posibles para consolidarlas, pero ante todo “voluntad política”, entre otras cosas, disminuyendo la estigmatización y las agresiones que se advierten desde diversas partes sobre las mismas, y el reconocimiento a una figura que por encima de todo se destaca por su claro enfoque de derechos, construido a partir de zonas marginadas, cuyas propuestas se constituyen en reales opciones de paz para Colombia.

En su intervención, la delegada de la ZRC el Catatumbo, recabó en la legitimidad del proceso de ZRC, considerando el gran significado que encierra para el campesino la tierra, pero llamó la atención de la duda que se cierne alrededor del programa de Consolidación, que desde el Ministerio de Defensa se pretende como acomodo en las ZRC.

Eliécer Morales, delegado de las ZRC constituidas de hecho en el Cauca, Valle y Nariño, manifestó que las comunidades del suroccidente colombiano “como sujetos político que somos, estamos resistiendo a pesar del incumplimiento de los acuerdos firmados a medidos de los 90s”.

Entre tanto, Miguel Mejía, quien expuso, groso modo, aspectos relacionados con la gestión del Incoder en el proceso de reactivación, dejó entrever que el esfuerzo financiero de la entidad, entre los diferentes apoyos ejecutados y en desarrollo, es cercano a los 8.000 millones de pesos.

El profesor Darío Fajardo, director de la FAO en Colombia, se mostró muy complacido de la presencia institucional de apoyo a las ZRC, y expresó su optimismo para que se haga realidad el mismo en acciones concretas en el proceso de reactivación que adelanta el Incoder.

Fajardo hizo manifiesta la posibilidad de que la FAO “pueda apoyar el proceso “en aspectos esenciales relacionados con agricultura tropical, soberanía y seguridad alimentaria”.

Julia Miranda, directora de Parques Nacionales –desde la perspectiva de Miriam Villegas, “la principal aliada del Incoder en este y otros proceso”, manifestó su expresión de regocijo con la respuesta dada por las instituciones al llamado del Incoder y Anzorc para con las ZRC, recalcando sobre la importancia de la figura de ZRC como estrategia de ordenamiento ambiental y territorial, y como una valiosa herramienta en recuperación y estabilización de los parques naturales y sus zonas amortiguadoras”. “Por qué no soñar que los campesinos sean en un futro cercano los promotores del ecoturismo, por ser ellos los grandes aliados”.

La directora del Banco Mundial en Colombia, Natalia Gómez, se manifestó muy complacida de ver el renacer de las ZRC de la manera como se observa hoy, luego de un largo tránsito de inactividad. Instó a los asistentes a que haya mayor posicionamiento y focalización de programas y recursos hacia las ZRC, y ratificó el apoyo del Banco Mundial hacia éstas: “especialmente en proyectos relacionados con derechos humanos y desarrollo”.

“Las ZRC son en esencia un trabajo hacia el futuro y constituye una ayuda eficaz para el campesino en la manera de apropiarse del territorio”, enfatizó, al llamar la atención en torno a las ZRC constituidas de hecho, especialmente en el Cauca, Valle y Nariño.

Entre tanto, Carlos Martínez, del Forum SYD de Suecia, dijo que las ZRC significan un nivel de cambio y en una figura de construcción de paz”, y ratifico el apoyo que de diversas maneras esta organización les ha dado a la organización Amcop, de la ZRC del Pato, en Caquetá, y a la ACVC, en Cimitarra.

Balance de la reactivación de las ZRC

Para la reactivación de las ZRC, durante la vigencia 2011, el Incoder firmó convenios con el Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (Ilsa; el Programa de Paz y Desarrollo del Magdalena Medio (Pdpmm); Humanidad Vigente, la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, la Asociación Municipal de Colonos del Pato (Amcop) y Cooagroguaviare. En total, los convenios se han establecido por un valor de 1.850 millones de pesos.

Para la constitución de las ZRC se han firmado seis convenios con Parques Nacionales, la Unión Europea-PNUD, Fundación Desarrollo y Paz de los Montes de María, Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez, Distrito Capital-ILSA y Pnud-INncoder.

Para la actual vigencia, el instituto ha ejecutado tres acciones con un costo de 1.810 millones de pesos. En primer lugar, un contrato interadministrativo con la Universidad Nacional para la normatividad y el procedimiento de las ZRC. En segundo, la sustracción de zonas de reserva forestal para la constitución o ampliación de las ZRC del Catatumbo, Pato Balsillas, Sur de Bolívar, Valle del Río Cimitarra y Cesar. Por último, está la tenencia de tierra en seis municipios del departamento de Cauca.

Una vez realizado el estudio y generados los conceptos de los planes de desarrollo sostenible de las ZRC ya establecidas y las que están por constituir, el Incoder ha generado tres ejes a corto, mediano y largo plazo.
Estos son el fortalecimiento organizativo, a través de un programa de Derechos Humanos, la generación de capacidades de gestión y el emprendimiento de las capacidades productivas; el desarrollo productivo que se genera con la diversificación de la producción, la soberanía alimentaria, mitigación al cambio climático y un enfoque agroecológico; y la infraestructura con el equipamiento y el saneamiento básico.