Agencia Prensa Rural

"Hay todo un país afectado por las dinámicas de la guerra que no está representado”
En octubre Colombia despertará con grandes movilizaciones: Marcha Patriótica
David Flórez y Javier Cuadros, líderes de Marcha Patriótica y quienes están organizando las movilizaciones sociales de esta semana, hablaron sobre cómo ven las negociaciones de paz
Juanita León / Miércoles 10 de octubre de 2012
 

Marcha Patriótica está convocando a un paro nacional este viernes 12 de octubre y durante toda esta semana está liderando movilizaciones sociales en diferentes partes del país. El objetivo de la movilización, dicen los organizadores, es incidir en la Mesa de Negociación que arranca la próxima semana. En respuesta, el ministro Lucho Garzón había convocado su propia marcha para el 11 de octubre, pero ante los problemas que tuvo su organización, terminó cancelandola esgrimiendo como excusa la salud del Presidente.

La Silla Vacía entrevistó a David Flórez y a Javier Cuadros, ambos miembros de Marcha Patriótica y líderes de las movilizaciones que se verán esta semana, para entender cómo piensan incidir así en la Mesa de Negociación con las Farc.

¿En qué consisten las marchas de esta semana?

La marcha será del 8 al 12. Hoy estamos iniciando una confluencia de organizaciones, la minga social y comunitaria, el Congreso de los pueblos, en La semana de la indignación es que se articulan esas inconformidades con la locomotora minera en el Putumayo; con la represa en el Quimbo; con la desviación del Río Ranchería en la Guajira; en las ciudades con el sistema de transporte masivo que decide sacar a los buses. Queremos articular estas inconformidades, juntar las rebeldías. Vamos por la paz con una agenda social.

¿De qué manera tiene que ver esa movilización con la paz?

La solución del conflicto pasa por transformaciones mínimas. La movilización tiene un papel estratégico, porque la violencia no es una causa sino una consecuencia. Saludamos el gesto de instalar la mesa, debe ampliarse la agenda y permitir la participación de nuevos sectores que sufren la violencia en la construcción de la paz. La mesa está coja.

¿Por qué dice que está coja?

Está claro que está el gobierno, la insurgencia, y los negociadores del gobierno: el presidente de la Andi representa al empresariado; están las Fuerzas Militares con Rangel; Óscar Naranjo con todo lo que implica en la relación con Estados Unidos. Hay un sector que es el Establecimiento. Pero eso no es el conjunto de la realidad, hay todo un país afectado por las dinámicas de la guerra que no está representado.

Pero la mesa ya está conformada y la agenda delimitada

Para nosotros la paz está en construcción. Y no únicamente en la mesa de negociación porque el escenario político es más amplio. Todas las entrevistas, todos los programas de opinión influyen sobre la percepción de la construcción de la paz e inciden en la mesa. La paz pasa por la Mesa pero no solo en la Mesa. Aún no instalada la Mesa hay muchas cosas que pueden cambiar producto del devenir político. Por ejemplo, es claro que hay un interés muy fuerte de incluir el tema de las víctimas de desapariciones, de secuestros.

El tema de las víctimas sí está en el Acuerdo Marco

Aunque está el tema de las víctimas, desde antes que se instale ya se está jugando el tema de víctimas. Es lo mismo que estamos haciendo con la movilización. La herramienta del movimiento social es la movilización. Si se evidencia un gran clamor por que haya otros temas en la Mesa, como el modelo económico, el gobierno y las Farc algo tendrán que decir sobre eso.

¿Por qué creen conveniente discutir el modelo económico con las Farc?

Con ellos y con los actores de la sociedad. Yo puedo estar en contra de la lucha armada, a favor o no de las Farc o Eln, pero no puedo negarle al otro su condición de actor político. El mismo gobierno, cuando reconoce que hay un conflicto armado, cuando está hablando con ellos de desarrollo rural, de participación política, le reconoce su calidad de interlocutor político. Entre líneas se está discutiendo con ellos el modelo económico.

¿Cómo?

Cuando se toca el desarrollo rural como primer punto en la agenda de diálogo, se está mirando un aspecto del modelo económico. Y es el corazón del modelo porque la economía colombiana está fundamentada en la extracción de la tierra. No es coincidencia que el sector financiero tenga interés en la Altillanura. Hay que ampliar la discusión porque no solo es distribución y uso del suelo, que es lo central en el primer punto. Hay que hablar de soberanía alimentaria. Claro que hay que hablar con la guerrilla no solo del modelo económico sino del modelo social, son mas de tres generaciones perdidas por el conflicto. De alguna manera cuando se habla del hipotético caso de dejación de armas y participación política se habla de eso, cuando se habla que van a participar del Congreso de lo que se está hablando de discutir con ellos es el modelo de sociedad.

Pero una cosa es discutir con ellos desde el Congreso el modelo de sociedad y otra muy diferente hacerlo con ellos mientras siguen con las armas

Durante muchísimos años ha habido diferentes dinámicas de desmovilización y no han redundado en una disminución de los índices de violencia. En últimas, el problema no es que dejen o no las armas, hay dinámicas que hacen que la sociedad sea estructuralmente violenta. Si no se discuten esas dinámicas, las Farc pueden desmovilizarse pero eso no significa que Colombia abandone ese ciclo de la violencia como elemento central del quehacer político. El nivel de protesta está creciendo. Basta mirar este mes. El 1 de octubre, protestas en Medellín, Cali. Esas manifestaciones se deben a problemas estructurales de justicia social.

¿No coinciden estas protestas también con una decisión de las Farc de propiciar una movilización ciudadana?

Muchas de estas protestas han sido espontáneas y no responden a cosas organizadas. Lo que sucedió en Medellín, por ejemplo, con uno de los sectores menos organizados que son los trabajadores informales. Es una gente cansada de que constantemente la persigan del lugar donde pone su sitio de trabajo. En Piedecuesta, Santander, donde sucedió otra movilización, tampoco es que se caracterice por tener organizaciones de izquierda, hay mucha espontaneidad de gente que está inconforme.

¿Por qué hay más descontento hoy que durante la época de Uribe, por ejemplo?

Hay una profundización de la crisis social, eso lo lee el gobierno también. Si no, cómo explica uno por qué Santos pone a Vargas Lleras de Ministro de Vivienda y otra serie de medidas que ha tomado para contener los resultados de la crisis.

Pero también hay un avance de los procesos de organización social en el país. Lo que significa la Mane, por ejemplo, que las organizaciones estudiantiles lográramos coincidir en un espacio, es un elemento histórico. La Mane está organizado en todas las universidad. Eso muestra que no depende de la coyuntura. Lo mismo la Marcha Patriótica, que dos mil organizaciones dispersas estén en un solo movimiento. Antes para la gente que se mueve en los escenarios clásicos no era tan evidente pero para los que nos movemos en las organizaciones campesinas y populares sí ha habido un proceso de reconstrucción de base que se está evidenciando.

¿Es una coincidencia que la guerrilla tenga esta misma estrategia de movilización social?

La guerrilla está en la guerra, en la acción política armada. Lo que hay en la Mane son estudiantes que tienen ideas distintas, que puede incluir la comprensión de la lucha armada, pero eso no me hace guerrillero. Es la dificultad que siempre ha tenido el Gobierno de no reconocer a estos actores sociales. Por eso aumentan las protestas. Estas dinámicas de una nueva subjetividad obedecen a que no existen canales institucionales para participación. ¿Por qué una gran ola contra la reforma a la justicia? Porque el gobierno no permitió que participáramos en la construcción de una reforma. A los campesinos no se les convoca para dialogar sobre la ley de Desarrollo Rural que piensan presentar en el Congreso. Los fenómenos que estamos viviendo obedecen a que los movimientos sociales han decidido participar.

¿Cómo es la articulación de este movimiento social con la mesa de paz?

El movimiento social y popular debe llegar con propuestas, que deben reflejar no una opinión unívoca sino generar espacios para que la gente que vive las causas de la guerra pueda participar. Estamos desarrollando constituyentes regionales por la paz. Ya hicimos una en Peñón, Santander, otra en Orito, Putumayo, donde la gente articula su problemática concreta. Creemos en un escenario de pie de igualdad en la discusión de los temas. Frente al tema de desarrollo rural, qué plantea el gobierno, qué plantea la insurgencia y qué plantea el movimiento popular. Y acordar puntos adicionales que no están en esa Mesa y propiciar a partir de eso puntos de diálogo con la insurgencia y el gobierno, la posibilidad real de incidir en los puntos. Hay quienes posan de representantes de la sociedad pero no hacen esfuerzos por recoger lo que está planteando la gente.

El gobierno ha insistido mucho en aprender de los errores del pasado. Y uno de los errores del pasado es la participación de la sociedad en el proceso. No lo hubo en Tlaxcala, no lo hubo en Caracas.

En el Caguán hubo decenas de audiencias con participación de la sociedad

Ahí sí hicieron audiencias. Fue una experiencia positiva porque participamos y dimos ideas de cómo concebimos la paz pero negativa porque no sabemos que pasó con esas propuestas, deben estar en el computador de ‘Reyes’. Las constituyentes regionales de la paz aspiran a una Asamblea General de Constiuyentes Regionales. Queremos acordar cómo es que nosotros vemos a una Colombia en paz. Tendría que tenerse en cuenta en la Mesa de Diálogo. La negociación no se puede agotar entre gobierno y Farc. ¿Por qué van a definir ellos el futuro de 40 millones de colombianos? Puede ser una Asamblea Constituyente para repactar la paz. Nuestras ideas tienen que tenerse en cuenta.

¿Ustedes ven la Marcha Patriótica como una posible pista de aterrizaje para las Farc?

Si el escenario de la Mesa de Negociación conduce a la dejación de armas, serán las Farc las que tendrán que mirar posteriormente si van a fundar un movimiento político, o si van a solicitar ingreso a algunos de los existentes. Ya dependerá de las organizaciones políticas aceptarlos o no. El trasfondo de su pregunta es si la Marcha es el movimiento político de las Farc. Eso es errado y equivocado. Por eso enfatizamos que ellos son una organización y nosotros somos otra completamente diferente con un origen de organizaciones populares que hacen su actuar de cara al país. Cuando planteamos la participación política no se reduce al ejercicio meramente electoral.

¿A qué se refieren?

Uno puede decir que no hay garantías de participación política para los sectores populares. ¿Con qué músculo financiero podría participar la Marcha Patriótica en unas elecciones a la Presidencia cuando los demás partidos le dedican ingresos grandes para estar en las corporaciones? También habría que decir que no se restringe a lanzarse a elecciones y ganar sino ejercer influencia en la construcción de la sociedad. ¿Qué posibilidades tiene el sector popular de afectar elementos centrales como el acceso a los medios de comunicación que son claves para la construcción de percepciones políticas de la gente? El acceso a los medios, la financiación de las campañas, la conformación del CNE, que ni siquiera tiene un miembro del Polo, ¿qué garantías ofrecen? Sin decir el colofón que quienes han cuestionado las políticas han sido asesinados. Ha habido una dinámica de poder de acabar con el cuestionamiento al régimen político colombiano. Si queremos hablar de participación política, que es central, no puede estar reducida a lo electoral. Que Timochenko sea senador, o Iván Márquez o la Marcha Patriótica en las elecciones de 2014 es lo de menos.

¿A qué mecanismos de participación aspiran?

Debe ampliarse el marco de participación, como el derecho a la protesta, que está criminalizada. Estamos hablando de una democracia en donde los movimientos sociales funcionen. ¿Como funcionan las bancadas si no es con las prebendas? El sistema de partidos no nos representa y necesitamos crear un movimiento. ¿O se hubiera formado la Mane si hubiera partidos que sí nos representaran? La Mane le dijo a la ministra, el debate no es en el Congreso sino en la calle.

Si queremos hablar de participación política, que es central, no puede estar reducida a lo electoral. Que Timochenko sea senador, o Iván Márquez o la Marcha Patriótica en las elecciones de 2014 es lo de menos.”– Javier Cuadros

Me parece que una de las dificultades de la negociación de paz es que las mismas palabras no significan lo mismo para el Gobierno y las Farc

Esa es la mayor dificultad. Hay dos entendimientos de paz diferentes. Para el gobierno y el Establecimiento la paz se reduce a la dejación de las armas a posibilitar su incorporación al régimen político en términos reducidos. Y poder discutir algunos puntos del tema del narcotráfico sin avanzar en elementos reales de transformación. Las Farc tienen un entendimiento de paz que el último punto es la dejación de armas, primero hay que dar ciertas transformaciones. Ahí hay un nudo gordiano.

La segunda dificultad central es la percepción que se tiene por parte y parte de los interlocutores. El gobierno nacional habla de paz pero continua con una política de guerra. Parte de asumir de que ya hay una derrota por parte de la insurgencia y que por lo tanto los márgenes de negociación son menores. Por otro lado, la insurgencia tiene la idea de que el Gobierno llega a la mesa porque no ha podido derrotarlos, porque hay una crisis económica. Por eso es clave la participación de otros elementos de la sociedad colombiana para vislumbrar otras visiones complementarias.

¿Qué dicen las organizaciones campesinas en zonas bajo influencia de la guerrilla. ¿Sí está derrotada?

Lo que expresan las organizaciones campesinas es que no hay la derrota militar de la insurgencia. Que sigue teniendo la presencia histórica. Que quizás ha cambiado su forma de operar, pero que sigue allí. Las dinámicas del conflicto cada vez se agudizan. Hay un reacomodo.

¿Cómo se reacomoda?

Están móviles, no los ve nadie. En cualquier momento aparecen. Antes la presencia en las cabeceras era mas evidente. Ahora es mas una presencia de las milicias en las zonas rurales. Antes eran choques armados directos. Ahora la estrategia del gobierno es los bombardeos. Como entran hacia las zonas mas selváticas a refugiarse, ante las dificultades de ingreso de la Fuerza Pública es mejor el bombardeo. Los bombardeos salen cada tres días cuando dan de baja a un jefe guerrillero. Pero para dar de baja ese jefe guerrillero han tenido que dar un sinnúmero de bombardeos, las bombas caen en las fincas de los campesinos. Son las dinámicas de la confrontación que sufren las poblaciones rurales. No hay nada más terrorífico que vivir en medio de los bombardeos. El cese al fuego es una necesidad humanitaria.

¿Qué opinan de la marcha que convocó Lucho Garzón?

Lo que está claro es que previendo todas estas movilizaciones el gobierno nacional quiere adelantarse a toda esta dinámica y generar un escenario de movilización cercano al gobierno. Puede ser legítimo. No lo compartimos, es una estrategia de cooptación de los sectores populares. Ante situaciones de crisis, aparece la zanahoria. Esos estímulos como 100 mil casas, un ministro que fue sindicalista pero que ya lo ha olvidado porque nunca lo hemos visto defendiendo a la gente. Pero el garrote es tan grande que ahora el conejo no cae tan fácil. En octubre Colombia despertará con grandes movilizaciones.