La aparición de nuevos estudios sobre los posibles efectos adversos para el medio ambiente del cultivo de transgénicos están sembrando dudas en la comunidad internacional. Dos informes sobre daños a sendas especies de insectos han servido a Luxemburgo y Alemania para vetar formalmente en su territorio el cultivo de estos productos. Además, un reciente estudio en EE UU alerta del fracaso en las pretensiones sobre el aumento de la productividad, argumento sobre el que en parte se ha basado la defensa de los transgénicos, especialmente en países en desarrollo, como una solución para contribuir a la erradicación del hambre.
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