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Brasil: Compañeros Wanderson y Flávia continúan presos

Martes 2 de febrero de 2010.

Prisión de trabajadores es persecución política
¡Luchar por la tierra no es un crimen!

La Liga de Campesinos Pobres del Norte de Minas y Sur de Bahia repudian y denuncian ante el público la acción de criminalización, desmoralización y persecución que el Estado viene imponiendo al movimiento campesino de una forma general, y en particular a los militantes y apoyos de la lucha campesina combativa.

Las detenciones de los compañeros Flávia Avelina y Wanderson Antônio, asesores de la Liga de Campesinos Pobres (LCP), que actúan en apoyo al trabajo de alfabetización de jóvenes y adultos en el campo, y la organización de cursos de formación del movimiento, es más un hecho absurdo de la dura realidad que los opresores de este estado podrido, burgués y latifundista imponen sobre las espaldas del pueblo pobre.

Los compañeros Wanderson y Flávia están presos desde la noche del día 16 de enero, con la acusación de portar armas ilegalmente. A pesar de haber sido detenidos por primera vez, tener residencia fija, ser conocidos y reconocidos como trabajadores y profesores del movimiento campesino, los compañeros tuvieron el pedido de libertad provisoria, negado por la jueza de Manga (población al norte del Estado de Minas Gerais, Brasil), Maria Beatriz da Costa Biassutti. Así es la justicia de Brasil. Es una justicia para los ricos y poderosos y otra justicia para los pobres y explotados.

Los ricos y poderosos practican todo tipo de crímenes y continúan impunes: roban el dinero público, violan el derecho de los trabajadores, cometen crímenes contra la economía popular, roban tierra, etc. etc. Sólo para citar un ejemplo, el banquero Daniel Danta, que se enriqueció de la noche a la mañana con sus fraudes practicados junto con los políticos, fue preso un día y al otro ya estaba libre por orden del Gilmar Mendes, jefe judicial brasileño. Las personas del pueblo son detenidas y mantenidos en la cárcel por largo tiempo por defender sus derechos, Daniel Dantas, conocido bandido y comprobado ladrón del dinero público, gana la libertad al día siguiente.

Jefe de Policía inicia campaña de persecución a la Liga de Campesinos Pobres

El delegado (jefe de Policía) de Jaíba, Bruno Esteves da Costa, recién llegado a la región, inició una campaña de persecución a la LCP. Además de los compañeros Wanderson y Flávia, acusa a los compañeros João Batista Pereira da Cruz (Pedrão) y José Ilson Silveira de formación de una cuadrilla. Sin presentar ninguna prueba, en su informe dado a la justicia, el truculento delegado Bruno da Costa, afirma textualmente que la LCP es una “organización criminal con ánimo asociativo y definitivo que tiene historial de práctica reiterada de crímenes, como invasión de terrenos privados, entre otros que están siendo investigados, como los de extorsión y desvío de dineros públicos”.

El delegado no sabe de lo que está hablando. Llegó ahora en la ciudad, quiere mostrar servicio para los ricos de la región, pero solo está repitiendo lo que sus amigos latifundistas le soplan en los oídos. Además es clara la babosería reaccionaria que deba haber aprendido en los manuales de formación del aparato represivo del país que, pasando por encima de la ley, trata toda la lucha del pueblo pobre como crimen.

Lo que este forastero parece no saber es que las tierras del Norte de Minas eran tierra desocupadas donde vivían decenas de millares de familias, la mayor parte descendientes de indios y negros que hace siglos ocuparon esta región, estos últimos huyendo de la esclavitud. Quien practicó invasión de terrenos privados fueron los hacendados ricos apoyados por la Ruralminas y por la Policía Militar (PM) que en la época del régimen militar expulsaron millares de familias de las tierras que eran cultivadas por sus bisabuelos. La conocida masacre de Cachoeirinha, ocurrida en 1967, cuando 63 niños murieron de hambre y frío en el bosque, después del ataque de la PM para expulsar a los campesinos de las tierra fue el más notorio crimen cometido en aquella ocasión.

Cualquier persona del pueblo sabe quiénes son los ladrones de tierra de esta región y saben muy bien quién es la Liga: La LCP surgió en esta región de la histórica necesidad de los campesinos de movilizarse y organizarse en la lucha por la retoma de sus tierras robadas por el latifundio.

El señor delegado parece no saber, pero la Constitución Federal garantiza en el Brasil el derecho a la libre asociación. Y en estos más de diez años de existencia de la LCP, esta asociación libre e independiente de campesinos pobres retomó más de 60 áreas donde hoy millares de familias están en sus tierras, tienen la propiedad de sus lotes y transforman sus vidas y se liberan de la explotación del latifundio. Dividir las tierras de las grandes haciendas trae más producción y comercio para la región.

Hay aún mucho que hacer, pero la justicia está comenzando a ser hecha. Es por esto que la LCP es respetada por el pueblo y por las personas y demócratas que la conocen. Pero tenemos conciencia y sentimos las consecuencias del temor y odio que el latifundio nos tiene.

Para su conocimiento señor delegado, la LCP ya realizó cinco congresos (reunidos en las ciudades de Montes Claros, Jaíba, Janaúba y Manga) y ya prepara su Sexto Congreso; realizó decenas de marchas y manifestaciones públicas; sus militares estuvieron en un sinnúmero de audiencias con autoridades municipales, estatales y federales para tratar de asuntos de interés de los campesinos. Realizamos luchas conjuntas en defensa de la educación y salud públicas, por mejores condiciones de transporte, luchamos con los regantes contra las tasas extorsivas de agua y luz cobradas por la Codevasf; luchamos contra la persecución de Ibama y IEF que usan la legislación ambiental para perseguir a los campesinos y expulsarlo de sus tierras.

La LCP es un movimiento independiente que no vive de créditos del Gobierno y que se sustenta por el apoyo de las familias campesinas y de la solidaridad de obreros, profesores, estudiantes y demás demócratas y sus organizaciones que apoyan la lucha por la tierra en el país.

Repudiamos, por lo tanto, una vez más de forma enérgica, las calumnias del señor delegado Bruno da Costa al tratar a la liga como una cuadrilla. Reserve esta denominación para las cuadrillas de verdad que actúan en el poder ejecutivo, legislativo y judicial, en la Policía, que actúan impunemente en asalto a las arcas públicas y que nada se hace por detenerlas. O para las asociaciones de latifundistas que montan grupos de asesinos para atacar a los líderes y familias que legítimamente lucha por un pedazo de tierra.

Estos hechos que ocurren hoy en el Norte de Minas no son hechos aislados. Hacen parte de una campaña reaccionaria de criminalización y persecución a los movimientos sociales, mas particularmente a los campesinos pobres, cuyo patrocinador es el presidente de la República, el señor Luis Inacio y los que encabezan son la senadora/latifundista Kátia Abreu y el presidente del Tribunal Supremo Gilmar Mendes.

Convocamos al pueblo trabajador y a todos los demócratas, ciudadanos de bien, progresistas e intelectuales honestos a repudiar los ataques a la LCP y apoyar y defender estos compañeros que luchan por una verdadera democracia.

Convocamos a los campesinos pobres, los trabajadores de la ciudad, todos los ciudadanos progresistas y demócratas para una gran manifestación.

¡Exigimos la libertad de los trabajadores Wanderson Antonio y Flávia Avelina!
¡Por el fin de la persecución al movimiento campesino!
¡No a la criminalización de los movimientos sociales!
¡El pueblo quiere tierra, no represión!

Liga dos Camponeses Pobres do Norte de Minas e Sul da Bahia
Comissão Nacional das Ligas de Camponeses Pobres


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