El término “desarollo sustentable” siempre ha sido un concepto camaleónico, fácilmente utilizado para confundir la destrucción ambiental. El agronegocio posee un particular talento para tal lavado de cara. Su último truco consiste en presentar a la industria de monocultivos como sustentable. Hoy en día, estos proyectos corporativos están surgiendo en todas partes del mundo, abarcando desde “plantaciones de palma aceitera sustentables” hasta “granjas salmoneras sustentables”. Esto, de todas maneras, es lo que cabría esperar del agronegocio. Sin embargo, lo que resulta aún más preocupante es el hecho de que ONGs y grupos de agricultores estén también participando en estos proyectos corporativos. Este “A Contrapelo” hecha una mirada crítica sobre algunos de estos proyectos y las nuevas máscaras, nuevos actores y nuevo lenguaje que utilizan para lograr el objetivo histórico inalterado de convertir nuestra alimentación y biodiversidad en comodities globales