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Derrame de crudo llegó hasta el río Cascajales en Carmen de Chucurí (Santander)
Equipo Jurídico Pueblos / Jueves 19 de abril de 2018
 

El Cascajales es un río que recorre el Municipio del Carmen de Chucurí; desemboca al Río Magdalena; pero antes surte de agua a miles de familias del Corregimiento de Yarima y otras regiones del Magdalena Medio. En días pasados denunciamos la presencia de dos afloramientos de petróleo y gas en un predio de la vereda Dos Bocas de ese municipio; Ecopetrol fue informado de manera oportuna sin que hubiese adoptado medida urgentes para impedir que la mancha llegara al Cascajales.

Lamentablemente después de una nueva inspección al lugar de la tragedia se detectó que existe un vertedero permanente de crudo a las aguas del Río Cascajales. Este hecho indica que la contaminación es más grave de lo denunciado hasta ahora. Como se observa en las imágenes, existe un goteo constante de petróleo al río desconociéndose la fecha de ocurrencia de esta situación por cuanto el sitio es de difícil acceso.

La vereda Dos Bocas está ubicada a 25 minutos del Corregimiento de Yarima; por la vía que conduce al Casco urbano del Carmen de Chucurí. El afloramiento se avista a 300 metros aproximadamente de la vía principal y a pocos metros del río Cascajales; muy cerca se encuentran los pozos de petróleo San Luis 4 y san Luis 7; según datos oficiales, la contaminación corresponde a un área de 18706.33 metros cuadrados; aclarando que hasta momento no se han realizado estudios técnicos a las fuentes hídricas de la región.

Ecopetrol y la empresa subcontratista H.G.L. insisten que se trata de manaderos naturales de hidrocarburos. La prueba técnica realizada hasta el momento indica lo contrario; las propiedades químicas de los fluidos de los afloramientos corresponden al crudo del pozo de petróleo que se explota muy cerca del derrame.

Es urgente detener la mancha que está contaminado el Río cascajales. Los más altos responsables deben responder penal y disciplinariamente por los delitos ambientales. Es desesperante la negligencia del Estado colombiano que trata de ocultar o minimizar la grave situación. Lo ocurrido en Lizama y Dos Bocas son las consecuencia de la política extractivista de los últimos gobiernos que prefieren explotar los recursos naturales sin importar las consecuencia nefastas para la vida del planeta.